
Por Ramiro Varela Marmolejo
Ingeniero Civil de Univalle, MBA U. V., Director de Caliescribe, constructor, Ex -Congresista y Ex Concejal de Cali.
Debemos dar una lectura objetiva e imparcial a lo que sucedió en Colombia, con motivo del paro, la protesta social ciudadana libre, de partidos de oposición y el vandalismo como un estallido de grupos deprimidos, unos organizados en bandas delincuenciales para el saqueo y otros, adultos y hasta niños en el robo, como odio social.
Debemos entender que en el país, no hay una luz al final del camino, ni hay reconciliación social, ni que la sociedad es justa y equitativa. Hemos avanzado , pero no lo suficiente, seguimos siendo uno de los países más desequilibrados económica y socialmente del mundo.
Acertadamente el Presidente de la República, Iván Duque ha propuesto que la equidad sea uno de los grandes propósitos del plan nacional de desarrollo, pero la dinámica del actual gobierno, no se observa en resultados sociales después de los 15 meses de gobierno.

No hemos comenzado la ruta de construir un nuevo país, la tarea número 1 es educar a los niños y a los jóvenes, promover el desarrollo del conocimiento, de la ciencia y la tecnología, para la movilidad social, gracias a una justicia social.
Entender que la educación de una comunidad comienza con la construcción de democracia, de tal manera que tenemos que transformarnos para crecer la unidad en la diversidad. Nuestro país tiene una democracia muy débil, solamente en el voto la mitad son abstencionistas. Luego una reforma política debe construir una real democracia.
La paz social es posible en una sociedad democrática y en la medida en que la equidad se dé, la democracia igualmente se logra, porque la comunidad participa, de tal manera que el derecho lo podemos ejercer, respetar y exigir, Necesitamos un modelo de sociedad que debe alcanzarse por todos y para todos, y encontrar una verdadera convivencia, que nace cuando los ciudadanos sean realmente dignos.
El gobierno y el Congreso deben hacer realidad y fomentar el ejercicio democrático, con un gran acuerdo político, que permita volver a recuperar la credibilidad en las instituciones.
Punto de partida, entender en Colombia la lucha contra el desempleo y la informalidad o el subempleo es el título de la paz social,. El empleo estable debe convertirse en un reto y eso debe hacer parte de ese nuevo contrato social. La reactivación de la economía, la promoción de la inversión extranjera, el incremento de las exportaciones, la reactivación del campo, la tecnología y la ciencia cómo objetivo, todo el desarrollo de la infraestructura de vías, no son suficientes si no hay una política de pleno empleo y de empleo estable. Es el modelo neoliberal fracasado en latinoamerica y Colombia.

Es vergonzoso frente al mundo tener esta tasa de informalidad , pasan los gobiernos y el subempleo igual. Para lograr estos propósitos laborales, en la construcción de la paz social, necesitamos como prerrequisito la transformación de la democracia.
El gobierno debe proponer un gran Acuerdo nacional, reforma constitucional , para construir un pacto social alrededor de empleo, política, democracia y desarrollo.
Para tener un país más justo, tenemos que cambiar. Justicia social significa en pensar en quienes tienen poco y para ello el empleo pleno, la eliminación de la economía informal, la democracia, la política, permiten proyectar una Colombia más justa, más pacífica y más solidaria, pero estamos lejos de ella. El futuro de Colombia depende del esfuerzo de todos.
Aceptemos el dialogo propuesto por el Presidente, que sepa cuál es la llegada: UN NUEVO CONTRATO SOCIAL, que Caliescribe lo ha editorializado en los últimos años