
Nicolás Ramos G
Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP
Dice la Real Academia de la lengua española que “Idiota es una persona engreída sin fundamento para ello, con poca inteligencia e incómoda con sus palabras o acciones”. Hoy el mundo tiene una nueva Caja de Pandora con los presidentes de Estados Unidos, Brasil, México, el Primer Ministro Inglés y el Gobernador del Estado de Texas.
Las declaraciones de estos personajes, como decían los mayores, los muestran de cuerpo entero. El mundo en crisis y ellos solo pensando en el crecimiento económico, esa otra gran mentira que se predica cuando agotamos en menos de dos centurias los recursos energéticos, no renovables, de carbón, petróleo y gas, que la naturaleza tardó milenios en formarlos en el periodo geológico llamado el Paleozoico. Bien lo dice la termodinámica: nada se crea, todo se transforma
Al abrir esa Caja de Pandora lo que han logrado esos personajes es incrementar en sus países la gran pandemia que azota el Planeta con el Coronavirus y con ello contribuir a expandirla.

De esta pandemia los humanos debemos sacar muchas enseñanzas. Lo primero que estamos viendo es que el sistema económico, dada su fragilidad y el exceso de población muestra que los recursos no son infinitos y que lo que dicen los expertos en bien cierto: En el Teatro de la Tierra no hay sillas para tanta gente.
Lo anterior indica que los gobiernos deben, ayer es tarde, iniciar campañas educativas para prevenir los embarazos a temprana edad y reiterar los dicho por gran filósofo Cicerón, 200 años de Cristo, que no se pueden tener hijos que no se puedan criar, es decir darles de comer, y educarlos, o sea, lo que vemos en Colombia por doquier. En pocos años la Tierra no tendrá recursos para los nuevos millones de seres humanos que se esperan, si no se toman las medidas a tiempo.
Esta experiencia de una pandemia a nivel mundial también nos indica la importancia de la solidaridad y la responsabilidad social, es decir con la comunidad, que somos todos. No siendo solidarios, no solo podemos en riesgo a los demás sino a nosotros mismos.
Igualmente nos enseña a volver a lo esencial, a ahorrar, a cuidar el planeta que es nuestra casa, a centrarnos en lo fundamental como son los valores, la familia y la unión de todos para solucionar los problemas. Si los seres humanos no aprendemos esta dura lección, no solo habremos perdido el tiempo y las lágrimas, sino que pueden aparecer en el futuro experiencias quizás más complejas y dolorosasa