Redacción

Con la captura y la multa por $834,000 en la ciudad de Bogotá de un ciudadano que compró una empanada en la calle, a quien se le aplicó el código de policía, se convirtió eso en un debate nacional. El alcalde de Cali, Maurice Armitage, ni corto ni perezoso, usó el modelo económico de su vida, la informalidad. Y en ello a atacado el código de policía diciendo “debe ser revisado en algunas normas… siempre he defendió el derecho a trabajar libremente. Invito a las autoridades responsables del código de policía revisar la norma que afecta a vendedores informales. Si hay una manera de que como país salgamos adelante, esa es facilitando las oportunidades, no limitándolas…siempre he defendió el derecho a trabajar libremente.…” “Este país tienen niveles de desempleo muy altos. Es importante que le sigamos dando la oportunidad de que estos vendedores ambulantes tengan como sobrevivir y ganarse algún dinero… Cali es una ciudad con problemas sociales, la gente no tiene como ganarse la vida. La convivencia entre el vendedor ambulante y el ciudadano tiene sentido social puede funcionar y lo podemos sacar adelante”. Esta es siempre es la expresión del alcalde cuando algo no le funciona, “vamos a sacarla adelante” y no ha sacado absolutamente nada adelante.
En su administración la Secretaría de seguridad, de tránsito principalmente fueron ordenadas desde el despacho del alcalde, para no controlar la invasión del espacio público. Lo que deja Maurice Armitage al respecto, es de un caos urbano y social gravísimo. Una cosa es defender el derecho al trabajo y al miembro de la economía informal y otra cosa es reglamentarlo. En las grandes ciudades del mundo como París, New York, Madrid, el espacio público tiene vendedores informales que el Estado los formaliza, los organiza y los protege. Pero aquí no ha habido un plan organizacional respecto a los trabajadores informales o a los vendedores callejeros. El Lesefer es lo que funciona en el señor Maurice Armitage.
Las cifras oficiales como el mismo lo dice el 50% en Cali de las personas económicamente activas son informales laboralmente hablando y con un desempleo que supera los 11 puntos, quiere decir que de 100 personas económicamente activas más de 60 no tiene ningún tipo de protección social.

El sancocho urbano es lo que está dejando el alcalde, si hubiera usado sus 3 años y 2 meses que llevan en el gobierno, para organizar a los vendedor ambulante pero todo está tomado por los informales sin ningún tipo organización y esa es la ciudad que recibimos de herencia dentro de 8 meses que tengamos nuevo alcalde
Claro que hay que defender el derecho al trabajo, claro que hay que defender a los informales, pero le corresponde al Estado, en este caso al municipio organizarlos y no dejar ese volumen de trabajadores informales sin ningún tipo de organización y sin ningún tipo de futuro. Al respecto más han hecho alcaldes de Bogotá, que han organizado mejor el espacio público. Solamente con ese ejemplo podríamos ganar mucho, pero aquí parque dondequiera porque el alcalde lo permite, como dicen los guardas de tránsito; monte su negocio dondequiera porque el alcalde lo permite y el lobo no aparece. Uno de los grandes pecados del alcalde Maurice Armitage fue que se comprometió con la generación ingreso y esto no se ha visto,
El alcalde trazó su prioridad para su gobierno, en la generación de ingresos, pero los resultados no se ven en las cifras del DANE. Hasta los 100 días de su administración allí definió las prioridades de gobierno, como lo hizo en los primeros consejos de gobierno. Es decir aparece claramente en los documentos que su apuesta fuertemente es la política de generación de ingresos y de oportunidades y esta no se ve.