Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
engañarlos con toda clase de falsas promesas, halagos y tergiversaciones de la realidad
La demagogia es una forma de actividad político electoral de las clases sociales, los partidos políticos, los organismos del poder del Estado, el gobierno de turno y en ciertos casos, de algunos aspirantes a ocupar el cargo de presidente de la República, caracterizada por una manera de fingir, defender los intereses comunes de los ciudadanos influyendo intencionalmente en sus sentimientos y en su mentalidad, dirigidos a confundirlos (generar confusión) y engañarlos con toda clase de falsas promesas, halagos y tergiversaciones de la realidad.
En la actualidad la demagogia se encuentra estrechamente relacionada con el populismo que es un movimiento político que en general refleja fundamentalmente los intereses de las clases populares y de algunos sectores pertenecientes a las denominadas clases medias, que son objeto de la explotación económica del trabajo, la discriminación social y la exclusión política. Dicho populismo es practicado tanto por los sectores de derecha como de izquierda o de “centro” que fungen como “amigos del pueblo”, al cual utilizan para acceder al poder del Estado generando un conjunto de expectativas que de materializarse en políticas concretas de carácter económico, político y social, tan solo producen ciertos cambios para que en general todo siga igual o peor en muchos casos.
Así las cosas mientras la demagogia se apoya en el engaño el populismo se fundamenta ideológica y políticamente en posiciones utópicas basadas en ideales y objetivos imposibles de realizar o por lo menos muy difíciles de lograr, sin que para tal efecto se produzca previamente la transformación de la base económica y política en que se sustenta el régimen social, además de la necesidad de que exista una correlación de fuerzas políticas democráticas y progresistas que impulsen el cambio social materializándose en acciones concretas en cuanto a sus objetivos, fines generales y específicos.
En medio de los debates que se adelantan entre los diferentes candidatos intervinientes en la campaña electoral y con sus discursos grandilocuentes presentan todo tipo de promesas demagógicas y populistas, en torno a la necesidad de impulsar, por ejemplo, el crecimiento y desarrollo económico e incrementar sustancialmente la productividad del trabajo y la competividad, introduciendo nuevas tecnologías en los complejos industriales acordes con los resultados de la cuarta revolución industrial, reduciendo los impuestos a los inversionistas nacionales y extranjeros con el fin de que promuevan el empleo formal, como la urgencia de atender los cambios climáticos y proteger los recursos naturales de la deforestación, la minería ilegal, la contaminación del agua y del aire, además de proveer educación, salud y vivienda gratuitas, cuestiones estas que tratan de manera abstracta y superficial, desconectadas de las verdaderas necesidades e intereses de los ciudadanos que hoy viven en un país que como Colombia, no acaba de salir del proceso de desaceleración de su economía que muestra índices muy bajos y lentos de crecimiento económico y en donde se han aumentado las tasas de desempleo y las personas ocupadas temen perder sus empleos con ocasión de los cambios tecnológicos y su falta de capacitación para manejarlos.
se pasa por alto el aumento exagerado de la deuda pública, de los gastos de funcionamiento del Estado y del déficit pensional y el costo real de la implementación de los acuerdos de paz
Igualmente se pasa por alto el aumento exagerado de la deuda pública, de los gastos de funcionamiento del Estado y del déficit pensional y el costo real de la implementación de los acuerdos de paz y de la creciente migración de venezolanos a nuestro país. Aspectos estos que el próximo presidente heredará del gobierno Santos y que no son debatidos en el marco del debate electoral o simplemente son objeto de una aparente lógica racional sin profundizar en su contenido esencial, más allá de las promesas demagógicas y populistas de corte electoral y con las cuales no se podrán resolver los graves problemas económicos, políticos, sociales, ambientales que afronta la nación, en tanto se encuentra en juego el presente y futuro de Colombia que no puede seguir confinado ni sometido a los intereses de las viejas y nuevas clases dirigentes o de determinados grupos sociales o de grandes caudillos opuestos a los intereses comunes de la inmensa mayoría del pueblo, de su bienestar general y del progreso social.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social