Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
Generalmente los gobernantes aspiran a dejar para la posteridad a manera de legado una serie de realizaciones que posteriormente los ciudadanos aprecian por su valor real y como parte del crecimiento y desarrollo de la ciudad y del bienestar de la comunidad.
El actual alcalde de Cali se precia de haber logrado impulsar la educación con la construcción y renovación de varias escuelas y colegios, lo que por supuesto conlleva un gran esfuerzo fiscal, presupuestal y administrativo digno de ser valorado por los caleños, aunque desde luego no ha sido suficiente, faltando la obligación de proveer la planta de profesores encargados de atender la labor educativa, además de construir la infraestructura adecuada en materia operativa, de transporte y alimenticia para los estudiantes, aspectos estos que quedaron pendientes de resolver en medio de la priorización de la infraestructura física, que por cierto terminará siendo subutilizada como sucede con el centro educativo Nuevo Latir construido para rendir culto a la personalidad del gobernante.
Otro legado del cual se enorgullece el alcalde Armitage es el de haber aumentado considerablemente el número de raciones alimenticias en favor de una población cada vez mayor de personas que asisten a los comedores comunales de la ciudad, además de proveer los alimentos de los estudiantes de las escuelas y colegios como parte de la política asistencialista de la administración, muy característica de los gobiernos populistas de nuestro tiempo, que en el fondo no deja de ser mas que un simple paliativo con el cual se busca aparentemente resolver los graves problemas que afronta la comunidad (hambre, desnutrición, falta de atención en salud, educación, vivienda, etc.).

En contraste con estos legados y sin hacer un balance final de la gestión administrativa del alcalde Armitage, vale la pena señalar que nos deja un conjunto de obras sin terminar en el sur de la ciudad, además de un saldo rojo en materia de sobrecostos y un mayor endeudamiento de las finanzas del municipio cuya capacidad crediticia se encuentra casi agotada, como producto de una gestión administrativa inadecuada en el manejo de los recursos fiscales derivados de los impuestos que pagan los caleños. A todo lo cual el Concejo Municipal en desarrollo de sus funciones de control político no se ha pronunciado al respecto a fin de evitar en lo posible la consumación de un nuevo detrimento patrimonial con la licitación de nuevas obras adjudicadas recientemente.
A lo anterior se suma el legado de las obras inconclusas que dejaron los anteriores alcaldes y que no se terminaron en esta administración. Por ejemplo, las relacionadas con el jarillón, el traslado de la escombrera, la construcción de la Ciudad Paraíso, el tratamiento de la Laguna del Pondaje entre otras obras.
Entre tanto los caleños no pueden sentarse a esperar que se opere un milagro con el nuevo alcalde que entrará en funciones a partir del primero de enero del próximo año y quien desde ya ofrece adelantar la construcción de un sinnúmero de obras viales y de transporte cuyo costo se trasladará a los caleños a través de los mecanismos de que dispone la administración para tal efecto como serán la contribución de valorización, peajes, etc., realidad que deberá afrontar el pueblo caleño sí antes no se decide exigir del nuevo mandatario la obligación de garantizar la participación de los ciudadanos en el estudio y análisis de los nuevos proyectos que pretende imponer el nuevo mandatario tal como ha venido sucediendo en el pasado con violación de los principios, derechos y valores del Estado Social de Derecho y en especial de la consulta a los ciudadanos y de su participación y decisión en los asuntos de interés general.
ADENDA: La adjudicación por parte de METROCALI de los tramos l y ll de la Troncal Oriental sin que exista el correspondiente cierre financiero y además encontrándose en Reestructuración económica desde el pasado mes de octubre que limita su autonomía en este tipo de decisiones, coloca en riesgo la ejecución de las obras adjudicadas lo que podría traer sobrecostos derivados de la demora en el tiempo de ejecución y entrega de las mismas.
Llama la atención que el alcalde electo no se hubiera pronunciado sobre estas circunstancias para evitarle a la ciudad y a los caleños el pago de sobrecostos y demoras en el cumplimiento, y que el Concejo Municipal no se haya pronunciado al respecto y sobre un eventual detrimento patrimonial. Resulta muy significativo que estando ad portas de terminarse el mandato del alcalde y METROCALI en proceso de Restructuración Empresarial y Económica, se saquen a licitación y se adjudiquen estas obras que por lo demás, debieron construirse desde el inicio del Sistema de Transporte Masivo.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social