Secuelas de la debilidad moral en la justicia

Por Carlos Cuervo |
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Carlos Cuervo

Emprendedor y empresario con formación en Ingeniería Industrial. Desde 1984 hasta 1988 Ingeniero de sonido para el Instituto Colombiano de Ballet y la Orquesta Sinfónica del Valle, Pionero del canal de Telepacífico entre 1988 a 1992 a través de una programadora regional en donde se desempeñó como socio y director comercial. Fundador y propietario desde 1993 hasta el 2009 del restaurante y Café-bar Caffetto. Escritor y editor del blog pulso de Opinión desde mayo del 2010, y desde mayo de 2011, parte del equipo de blogs del diario Occidente de Cali. A partir de junio de 2014 colaborador de la página editorial del Diario occidente hasta el 2018. Secretario de la JAC San Antonio desde 2016 hasta enero del 2019, community manager para Antigua Contemporánea entre 2017 al 2018, asesor en procesos de consultoría de ciencias de datos para Blaucast Media desde 2018.


Mientras el temor que nos produce la expansión del Corona-Virus nos llega via medios electrónicos, escritos y televisivos, distrayéndonos por el miedo, en Colombia enfrentamos tres acontecimientos con resultados inciertos los cuales influencia el desenvolvimiento del acontecer nacional. 

Primero la detención en Venezuela de la ex-congresista Aida Merlano y la ampliación de declaraciones que podrían dejar en aprietos a dos de los clanes políticos más importantes de la costa Atlántica, las familias Char y Gerlein, pues la exsenadora tenía vínculos profundos con ellos.   

No en vano su huida y desaparición es uno de los procesos teatrales más bien organizado de los últimos tiempos y que debido a las vueltas del destino y del poder, Maduro deshace con una velada intención.

Y para que la farsa no perdiera su rating, el presidente Duque decidió pedir su extradición ante Juan Gauido, el presidente sin poder ni representación alguna en Venezuela. Obviamente esta acción nos ha parecido al interior de Colombia en una bufonada que desacredita de nuevo al presidente de Colombia porque no es acertada ni seria, al menos que tras esta exista el interés de que la señora Merlano no ponga de nuevo un pie en el país y si lo hace sea tan carnavalesca que sea sencillo esfumarse de nuevo.

La elección del fiscal general tampoco ha estado exenta de críticas con fundamento. La terna enviada ante la corte adolecía de conocimientos en el campo penal, principal actividad del ente y además uno de los integrantes era un viejo amigo del presidente.

A pesar de todo se eligió al abogado Francisco Barbosa Delgado quien era un entusiasta defensor del proceso de paz, pero con la llegada de su amigo a la presidencia se transformó   en un intransigente objetor del asunto.

Entonces como lo expresan destacados abogados como Jorge Iván Cuervo o Rodrigo Uprimny, él llegó a cuidar la espalda de su amigo.

Y el siguiente acontecimiento vincula a la designación de magistrados en las vacantes que presenta la Corte Suprema, controversiales y desestabilizadores, esos son los adjetivos con los que se califica a unas reuniones de la sala plena en las que no han sido capaces de escoger a los juristas que deben llenar estas plazas.

A finales de febrero el problema se acrecentará porque sale otro magistrado y así si no habrá quórum para decisiones.

Sin duda los tres acontecimientos son graves, producen desconcierto y alimentan seria dudas sobre la transparencia institucional del país.

Quiero preguntar a todos quienes dispensan unos minutos para leerme ¿Hasta cuándo se expondrá al estado a nuevos desprestigios y de paso se socava con mayor vigor nuestra democracia?

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