Revocatoria

Por Carlos José Holguín |
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Carlos José Holguín

Hace unas semanas me visitaron unos líderes sindicales y comunitarios para invitarme a participar del comité de revocatoria del mandato del alcalde Maurice Armitage, quienes para mi sorpresa ya llevaban bastante adelantado el proceso al punto de ir con las planillas debidamente autorizadas por la Registraduria para la recolección de firmas.

Sobre el particular les hice algunas reflexiones. La primera es que para lograr la recolección de las 90.000 firmas iniciales y luego cerca de 200.000 votos, debía existir en los ciudadanos que votaron en la pasada elección de alcalde el sentimiento de haber sido defraudados, que fueron engañados o traicionados por promesas que no se cumplieron, por el incumplimiento del programa inscrito, cosa que me parece no se da en Cali por la sencilla razón de que por Armitage votaron no por un programa, sino que votaron por plata o en contra de alguien.

Esas y solo esas fueron las razones por las que Armitage ganó, porque metió mucha plata y logró coaptar la voluntad de miles de electores en los sectores populares, y en los sectores de “opinión” votaron para evitar la elección de Angelino o del Chontico. Esas fueron las pobres y tristes razones que eligieron a Armitage. Allí están las consecuencias de cuando se elige con tan banales motivaciones, nadie voto por su programa, que poco se conoció y que menos se debatió, pues durante toda la compaña se la paso eludiendo los debates.

El que diga ahora que voto porque Armitage iba a solucionar alguno de los grandes problemas de la ciudad es un mentiroso, o por alguna promesa incumplida que este en el programa inscrito difícilmente la va a encontrar. Recuerdo que una promesa concreta, y altamente taquillera en votos, fue la abolición de la prohibición del parrillero hombre en moto, está grabada, pero que vivo, por supuesto que no aparece en el programa inscrito en la Registraduria, con lo cual pudo olímpica e impunemente bajarse del compromiso.

Que ha sido mal alcalde y que eso debiera de ser argumento suficiente, tampoco percibo entre mis conciudadanos gran molestia por ese hecho, pues era de esperarse dado lo que se vio en la campaña. Recuerdo también, a un importante líder empresarial de Cali promotor de la candidatura de Armitage que orondamente me dijo  sentirse muy satisfecho por el sorprendente éxito electoral de Armitage aunque no estaban seguros de que pudiera ser un buen alcalde. Que tristeza.

No sé si la última encuesta de Gallup donde sale con una muy alta desaprobación del 63% pueda considerarse síntoma de un gran malestar, dicen, en mí sentir ingenuamente, que fue el efecto de prohibir el ingreso al estadio de los hinchas del América, creo que el problema es evidentemente más grave, pero esto puede ser meramente circunstancial. Lo cierto es que para un proceso de revocatoria se requiere mucho desencanto y frustración y la verdad no la percibo.

Por lo pronto le he dicho a los líderes que me visitaron, que no participare de dicho proceso, sin perjuicio de continuar señalando cuando corresponda lo nefasto que resulta para una ciudad elegir un alcalde motivados por dadivas o por odios, sin experiencia de lo público, intemperante y falsamente disfrazado de anti político.

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