La nueva economía y los recursos naturales

Por Nicolas Ramos Gómez |
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Nicolás Ramos G

Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP


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 el concepto actual del crecimiento económico es insostenible

La primera Ley de la Termodinámica dice: “nada se crea, todo se transforma” y esa transformación de los recursos naturales, renovables o no, ha sido el progreso del hombre y se ha convertido en el imperativo de la sociedad de consumo, sin tener conciencia que esos recursos son finitos. Los renovables los hemos venido agotando por el uso sin cuidado de la tierra fértil, degradada o invadida por ciudades y vías; del agua potable, una constante, cada vez menos por habitante; y de los bosques, esenciales para el proceso de la fotosíntesis donde se origina la vida; todos ellos cada día menores, hecho grave además para el reciclaje del aire y el control del creciente calentamiento global. El mar, una de las principales fuentes de alimentos, está invadido por plásticos y basuras o agotado por el exceso de pesca que no respeta las vedas.

Lo anterior significa claramente que el concepto actual del crecimiento económico es insostenible, pues al basarse en el uso de los recursos naturales, renovables o no, estos cada día menores por habitante cuando la población crece exponencialmente, hace que sostener o aumentar ese crecimiento económico sea imposible.

utilidades que se basan en el uso y explotación de los recursos naturales

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Cuidar el porvenir nos obliga a cambiar el concepto del crecimiento económico basado en el consumismo

Es difícil aceptar que el concepto de la economía del crecimiento, arraigada por siglos, deba cambiar, pues las utilidades que se basan en el uso y explotación de los recursos naturales serán imposibles, ellos se están agotando: petróleo, agua, madera, tierra fértil, minerales, población animal, en contraposición con el aumento de la población humana.

Todo lo anterior implica que las cosas deben durar al máximo, que las empresas adicionen la logística inversa en su producción, minimizar el desperdicio, poner en práctica el concepto de basura cero y eliminar el consumo superfluo.

En otras palabras, para cada ser humano el porcentaje de los recursos que le corresponde es cada día menor y llegará el momento en que el dinero no podrá comprar lo que no existe. Los miles de toneladas de oro en las bóvedas de los bancos centrales, cuando no haya agua, ni comida, ni minerales, serán bien inútiles para satisfacer las necesidades básicas.

Cuidar el porvenir nos obliga a cambiar el concepto del crecimiento económico basado en el consumismo, cuidar y ahorrar todo, hacer separación en la fuente, recuperar, reutilizar y reciclar, todo acompañado de un gran esfuerzo para prevenir el desborde poblacional. Cómo decía un amigo economista, gerente de una entidad financiera: hay que reescribir los libros de economía.

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