Análisis de los temas objeto del debate electoral

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


Los candidatos que participan en la contienda electoral por la presidencia de la república hablan de la necesidad de realizar un cambio social e institucional, sin profundizar en que consistirán realmente y cuáles son las bases económicas, políticas e ideológicas en las que se fundamentan con miras a resolver los graves problemas que afronta el país en la actualidad.

Y de ahí que desde diversos sectores académicos les soliciten a los candidatos ahondar en algunos temas relacionados con la necesidad de hacer un nuevo pacto por la educación, cambiar la política y eliminar la corrupción, transformar la sociedad, además de la cultura, la biodiversidad, construir confianza con lo público y proteger la paz y la Constitución Política de Colombia.

Ahora bien, la tarea de construir una nueva realidad social y política acorde con los intereses y necesidades comunes de los colombianos no es un asunto fácil de realizar, apelando simplemente a la voluntad del nuevo gobierno interesado en superar las dificultades que tiene el país, exacerbadas con las contradicciones y conflictos sociales que afloran permanentemente en el seno de la comunidad.

Para dichos sectores de opinión el camino a seguir es el de las reformas, que deben aprobarse respecto de cada uno de los temas mencionados, pero claro está sin afectar las bases económicas en que se sustenta el régimen político y social fundamentado en aquellos principios e instituciones de estirpe liberal y neoliberal que caracterizan en la actualidad al Estado Social y democrático de derecho consagrado en la Constitución Política de Colombia.

Análisis de los temas objeto del debate electoral

Para otros líderes de opinión pertenecientes a diferentes corrientes ideológicas y políticas, el cambio social solo es posible con la creación de una nueva mentalidad capaz de transformar a los ciudadanos en su modo de vida como de la estructura política y social del Estado y de la sociedad, sin modificar desde luego las condiciones económicas y materiales en que se sustenta el actual régimen capitalista; lo cual no se podrá lograr sin la unidad, organización y la lucha social de todos los ciudadanos y con la posibilidad real de acceder al poder total del Estado para desde allí hacer las transformaciones dirigidas a la construcción de una nueva realidad social diferente a la actual bajo otros modelos de gobierno que conoce el país.

El avance y desarrollo de una nueva sociedad debe ser convenida por las fuerzas políticas y sociales comprometidas con el verdadero cambio social, lo que en este caso implica entre otros aspectos, modificar las relaciones económicas basadas en la gran propiedad territorial destinadas al enriquecimiento de un determinado sector económico y social. Esto con el fin de cumplir con la vocación social y ecológica de la propiedad, encaminada por ejemplo a garantizar la sostenibilidad alimentaria y ambiental y no como sucede hasta el momento, con la acumulación y concentración de la propiedad rural que avanzan de manera incontenible, afectando el medio natural con el arrasamiento de centenares de miles de hectáreas de bosque nativo y de selva virgen. La aplicación de dicha política no significa en modo alguno la estatización de la propiedad en su conjunto al tiempo que debe protegerse y garantizarse la propiedad personal derivada del trabajo individual y social.

Igualmente es necesario desarrollar una lucha frontal contra la anarquía de la producción y la competencia que se genera en el mercado y que trae como consecuencia la ruina de pequeños, medianos y hasta grandes empresarios encargados de la producción nacional de bienes y servicios que no hacen parte de los monopolios que ejercen una posición dominante en el mercado. Así mismo en materia de planificación de la economía es indispensable garantizar la participación democrática de los ciudadanos en la discusión de los planes de desarrollo a nivel nacional y territorial atendiendo además, aquel principio constitucional según el cual la distribución de los ingresos derivados del trabajo deberá hacerse de acuerdo con la cantidad y calidad del mismo; circunstancia esta que deberá reglamentarse en el denominado estatuto del trabajo que no fue discutido en debida forma en el Congreso de la República.

De otra parte, es necesario acabar con la guerra, los odios y antagonismos sociales y de toda índole entre las clases, grupos sociales, étnicos, raciales, partidos y movimientos políticos, además de fortalecer los lazos de amistad, solidaridad y cooperación internacional.

Las fuerzas políticas tendrán que consolidar el poder político representado en el Estado, el cual debe expresar por igual los intereses de todos los colombianos o por lo menos de su mayoría y no de un sector social determinado tal como sucede en la actualidad. Así mismo debe afianzarse en el conjunto de los ciudadanos sentimientos como el patriotismo, la solidaridad, la necesidad del conocimiento, la ciencia, la cultura como aspectos fundamentales para avanzar en la construcción de una nueva sociedad, no exenta por supuesto de dificultades y contradicciones que deben afrontarse y superarse para beneficio de la comunidad.

La construcción de una nueva sociedad no debe concebirse como una mera posibilidad formal o simplemente como una utopía social ya que su viabilidad no depende de la voluntad y deseos de las masas populares y de sus dirigentes, lo cual no les impedirá escoger las formas de acción para lograr sus objetivos en el marco de determinadas condiciones y circunstancias e incluso para romper los límites que bordean las viejas relaciones sociales con miras a sustituirlas por unas nuevas ligadas con el proceso social y los intereses del pueblo.  Un signo evidente de que existe un propósito de cambio y de transformación de nuestra propia realidad, lo constituye la necesidad de consolidar la paz social entre los colombianos y acabar con la violencia desatada por los paramilitares y el narcotráfico. Así mismo está claro que debemos afrontar decididamente el cambio climático y ambiental, la lucha contra las pandemias, garantizar la sostenibilidad alimentaria y el bienestar individual y social, en momentos en que la ciencia y las nuevas tecnologías se han convertido en una fuerza productiva que incrementará la productividad del trabajo sin la intervención de la mano de los seres humanos que solo se encargarán del control de las máquinas automáticas y cibernéticas.

Por este camino se podrá derrotar la pobreza y la desigualdad social y acercarnos a la posibilidad real de contar con una sociedad más justa, equitativa, igualitaria y libre, en tanto aumentarán las concordancias en torno a las ideas y actos individuales con las ideas y acuerdos con la colectividad y con toda la sociedad, de tal manera que el interés individual y el social se unan en la conciencia y en la práctica de la gente para actuar en bien de la sociedad, en medio de aquellos aspectos que nos identifican y separan a la vez como expresiones genuinas de la especie humana.


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