Qatar 2022, geopolítica y fútbol

Por Jean Nicolás Mejía H |
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* Jean Nicolás Mejía H.
 

El Mundial de Qatar 2022 ya era el Mundial más polémico de la historia desde el momento de su concepción. En 2010 el país árabe le ganó el pulso a Estados Unidos -generando sospechas-, pues la gran interrogante ha girado en torno a cómo un país que nunca había clasificado a un mundial y no tiene tradición futbolera, había logrado ser sede del evento mundialista.

Luego de descubrirse en los siguientes años el gran entramado de corrupción que empezaba desde el presidente de la FIFA de ese momento -Joseph Baltter-, pasando por el presidente de la UEFA -Platini- y salpicando a muchos funcionarios regionales y locales (presidentes de las federaciones nacionales involucrados -incluido el escándalo en la Federación Colombiana de Fútbol-) en donde se descubrieron millonarios sobornos por parte de funcionarios cataríes para votar por el país árabe como sede del mundial que se juega además, a finales de este año y no en verano (por las condiciones climatológicas de la región); empezaron los verdaderos problemas para Qatar, y que dejan entrever la necesidad del país árabe para posicionarse como foco de influencia en la región árabe y su búsqueda a la inserción cultural de occidente, y ve en la realización del evento mundialista una oportunidad perfecta.

Pero a Qatar se le complica -sin siquiera haber iniciado el Mundial- presentar una imagen favorable hacia la comunidad global, que era lo que buscaba inicialmente. El movimiento global más grande por los Derechos Humanos -Amnistía Internacional- ha venido denunciando a Qatar básicamente de esclavitud moderna. Está organización ha revelado cifras escandalosas: el 90% de trabajadores en ese país (construyendo los estadios y la infraestructura de transporte necesaria) son inmigrantes -1.7 millones de personas-, de los cuales 3.200 trabajan en el estadio Jalifa (sede central) de manera permanente, sin posibilidad de abandonar la zona de trabajo ni los campamentos en donde duermen. De esas personas, 234 han logrado denunciar abusos y explotación laboral (víctimas de trabajo forzado). 

Todo lo anterior, sin considerar que el permanente monitoreo internacional ha denunciado que entre 2014 y 2020 han muerto en estos trabajos forzosos, aproximadamente 6.500 inmigrantes provenientes de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka, mientras que para el gobierno nacional las cifras entre las mismas fechas son 37 trabajadores muertos “vinculados a la construcción de los estadios”. 

Qatar 2022, geopolítica y fútbol

Por otro lado, en un mundo en donde la comunidad LGTBIQ+ tiene más respaldo institucional por parte de los gobiernos, reconocimiento social y protección bajo los marcos jurídicos propios, se ha criticado a FIFA y demás organismos internacionales que acompañan el proceso sigan adelante con la realización del Mundial en un país en donde ser homosexual está penalizado por la ley. 

De hecho, los mismos protagonistas del evento han denunciado su inconformismo con estas prácticas y han anunciado que promoverán el apoyo a los derechos humanos: la selección danesa ha manifestado que en sus camisetas no lucirán los logos de los patrocinadores, sino mensajes de promoción a los derechos humanos. 

Hassan Al-Thawadi, el secretario general del Comité que es responsable de la organización del Mundial de Qatar ha dicho reiterado en varias ocasiones; “Somos un país relativamente conservador, lo que significa que las muestras de afecto en público no forman parte de nuestra cultura. Pero la hospitalidad y la acogida de personas de diferentes partes del mundo en nuestro país forman parte de nuestra cultura", en un intento por transmitir tranquilidad a los aficionados que puedan sentir miedo por ir a ver los partidos de sus selecciones. 

Qatar 2022, geopolítica y fútbol

Lo cierto es que a pesar de que las polémicas puedan entorpecer una inserción más homogénea de la cultura catarí en el plano internacional, el Mundial de Qatar se realizará puesto que la economía que gira en torno al evento ya empezó a dar frutos: La empresa Six Constructs ya ganó 90 millones de dólares por la reforma del estadio Jalifa, 35 millones para el subcontratista que está gestionando la mano de obra para las reformas del estadio -Eversendai-, un income aproximado de 2.000 millones de dólares en ganancias netas para la FIFA (estimaciones basadas en lo ganado en el Mundial de 2014 y 2918) mientras que los salarios de estos trabajadores que han denunciado las malas condiciones ganan aproximadamente 220 dólares mensuales. 

Si bien Qatar puede no salir con una imagen totalmente favorable, entorpeciendo sus proyectos de una inserción a la cultura occidental más profunda ( por medio de actividades como el deporte) las ganancias derivadas de la realización del mundial serán más que suficientes para satisfacer los intereses de los cataríes, y por supuesto de la FIFA.

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