Las promesas incumplidas de la actual administración

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


 

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Entretanto las promesas de la administración vienen y van y, el bacheo de las calles se deja para última hora

A la actual administración Distrital le es aplicable aquel adagio popular según el cual “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Un ejemplo de ello lo constituye la promesa de terminar la construcción del plan de las 21 megaobras, el cual se ha dilatado en el tiempo incrementándose su costo con cargo al patrimonio de los contribuyentes que en el pasado pagaron la totalidad de las obras y que eventualmente tendrán que pagar los sobrecostos de las mismas en el futuro mediato y respecto de unas obras que no cumplieron con su cometido de agilizar el tráfico y reducir el tiempo de movilización de los caleños entre la vivienda y el lugar de trabajo o de estudio y viceversa con lo cual mejoraría su calidad de vida.

Entretanto las promesas de la administración vienen y van y, el bacheo de las calles se deja para última hora, sin que se garantice que el mismo durará un tiempo razonable sin que se vuelvan a presentar los huecos de siempre.

Por otra parte, Cali se ha convertido en un basurero público con sectores establecidos de antemano en donde se depositan las basuras, particularmente en los separadores viales y zonas verdes de la ciudad, lo cual deja mucho que desear respecto de algunos ciudadanos irresponsables e insolidarios, pero también de aquellas empresas encargadas de recoger las basuras que no cumplen con sus compromisos de manera regular derivada de sus obligaciones contractuales.

A lo anterior se suma la promesa del alcalde y de la secretaría correspondiente de dotar a la ciudad de la semaforización inteligente que tanto se requiere para regular la circulación vehicular.

Mientras tanto los habitantes de la zona rural claman porque se ejecuten las obras públicas indispensables por cuenta de la administración para mitigar los riesgos ocasionados por la intensidad de las lluvias que han causado derrumbes y deslizamientos de tierras poniendo en riesgo la vida de los habitantes en varios corregimientos de la ciudad.

Y que decir de las promesas de entrar los buses del MIO a las carreteras que conducen a los corregimientos y en las zonas de ladera, una vez se arreglaran las vías para tal efecto, dando lugar para que continúen operando las denominadas gualas que no ofrecen ninguna seguridad a los pasajeros que las utilizan debido al alto grado de accidentalidad en el que se han visto involucradas en diversas oportunidades.

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Ahora mismo se pretende ampliar la medida de pico y placa con el argumento de que existen muchos vehículos circulando en las calles y avenidas de la ciudad generándose con ello grandes congestiones

Ahora mismo se pretende ampliar la medida de pico y placa con el argumento de que existen muchos vehículos circulando en las calles y avenidas de la ciudad generándose con ello grandes congestiones y accidentes de tránsito, que desde luego no podrán resolverse con la aplicación de la citada medida administrativa que demanda de otras alternativas de solución distintas a la simple restricción de la movilidad que se ha demostrado que poco o nada contribuye a resolver dicho problema.

Finalmente, y no obstante las promesas y compromisos adquiridos por la administración, la situación de los caleños no tiende a mejorarse desde el punto de vista económico y social, al tiempo que aumenta el índice de homicidios, de robos y se perciben altas tasas de desempleo e informalidad, en tanto que la prestación de los servicios de educación y de salud continúan siendo muy deficientes y en muchos casos de muy baja calidad.

Los anteriores aspectos considerados en su conjunto y de manera integral demuestran que las promesas y compromisos asumidos por las autoridades no van más allá de las palabras y conjeturas con las cuales se gobierna a la ciudad en donde se acumulan los problemas sin resolverse, muchos de los cuales demandande una solución inmediata acorde con los intereses y necesidades de los caleños que viven en medio de una ciudad que crece espontánea e irregularmente gobernada por una clase dirigente que ha perdido su capacidad y vitalidad para dirigirla y administrarla desde el punto de vista de la existencia y desarrollo de las condiciones que demandan sus habitantes.


Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

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