La “democracia” de las firmas

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


Una de las características de la actividad electoral de nuestro tiempo la constituye el procedimiento de las firmas que se recolectan por los candidatos de los nuevos movimientos políticos que aspiran a ocupar cargos de representación popular y a la presidencia de la república.

De esta manera se abre paso a un nuevo “pluripartidismo” en oposición al monopartidismo que se ha impuesto en el país con la coalición de partidos afectos al gobierno de turno y que al estilo del partido de la U, procura mantener su cohesión y control sobre los demás partidos en los órganos del poder del Estado.

Los candidatos del establecimiento conscientes del desprestigio de sus partidos han decidido participar en la contienda electoral a través de los denominados movimientos independientes al estilo del otrora vicepresidente German Vargas Lleras jefe político del partido Cambio Radical, que hoy aspira a ocupar el solio de los presidentes y quien en una jugada maestra digna de un verdadero prestidigitador de la política, se prepara para seducir a sus potenciales electores y lograr igualmente el apoyo de los partidos que conforman la desueta coalición de gobierno y de otros sectores pertenecientes a la derecha y centro del espectro político del país.

Para tal efecto, el procedimiento a seguir consiste en recolectar un volumen de firmas suficientes para acreditar la existencia del nuevo movimiento político con el cual el candidato funge como depositario de la voluntad popular y no como lo que realmente ha sido durante su trajinar político, es decir, como representante y defensor del régimen económico y político sobre el cual se asienta en términos generales el poder de una clase dirigente minoritaria, excluyente y autoritaria.

En todo caso los ciudadanos deberán estar atentos y alertas ante estas mutaciones de los partidos y de sus candidatos que hoy se revisten de un aparente ropaje democrático para engañar a los electores ingenuos y desprevenidos que claman por un cambio de las costumbres políticas y del comportamiento de sus dirigentes.

Así mismo habrá que decir que muchos de los movimientos políticos de origen ciudadano que se constituyen como alternativa de la crisis de los partidos no dejan de ser según la experiencia practica e histórica, mas que expresiones espontaneas de descontento y de activismo electoral en contra de la política tradicional, sin objetivos concretos ni posibilidades de influir en los cambios que requiere la sociedad, dirigidos casi siempre por pequeños grupos y caudillos que se apropian de la voluntad popular.

Igualmente es preciso y conveniente sopesar la denominada “explosión de democraterismo” que aflora en la actualidad, con la proliferación de una serie de candidatos inscritos por firmas y cuyo propósito es el de apropiarse de los cargos de representación y dirección del Estado con las banderas del pluralismo y del pluripartidismo que hoy reclaman los ciudadanos respecto del manejo de los asuntos del Estado y de la sociedad.

Todo este conjunto de prevenciones deben llevar a la reflexión y al análisis crítico que realicen los electores como salvaguardia de la soberanía y de la voluntad del pueblo colombiano.


Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

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