El transporte en Cali

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Por Benjamín Barney Caldas 

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011


Desde su fundación, en 1536, hasta finales del siglo XIX, la gente, en la muy pequeña villa que entonces era Cali, se desplazaba a pie todos los días, en medio de un aire limpio, para llegar a diferentes sitios para trabajar, si es que no lo hacía en su propia casa, o para vender y comprar en el mercado semanal, o para ir a los ejidos o, esporádicamente, para visitar a los otros vecinos para otras actividades, haciendo recorridos cortos y placenteros la mayoría de las veces. Sólo algunos utilizarían caballos o mulas para trasladar cargas más pesadas o para realizar viajes a otras partes lejanas de la región o, ya en el siglo XVIII, para manejar el ganado en las recientes y grandes haciendas cercanas.

El transporte en Cali

A inicios del siglo XX, sumado a todo lo anterior, ya habría también carretillas y algunos tendrían coches de caballos (“victorias” como todavía las hay en Palmira), y los recorridos continúan siendo cortos y placenteros. Además muy pronto llegaría el tren desde Buenaventura a la nueva capital del nuevo Departamento del Valle del Cauca, y también se contaba un tranvía del centro de la aún pequeña ciudad a Juanchito, en el río Cauca, desde donde se desplazaban en canoas, o se podían abordar grandes vapores de ruedas hasta la Virginia, al norte del verde valle geográfico de dicho río, en ese entonces más limpio, pero que ya muy pocos recuerdan y casi nadie los añora hoy en día.

Primer automóvil en Cali
Primer automóvil en Cali

A mediados del siglo XX ya hay muchas bicicletas, carros, taxis (llamados inicialmente carros de plaza) buses de todos los colores, según las rutas, y un autoferro a Palmira y Buga, y no hay aún ningún tipo de congestión vial. A finales del siglo además hay camperos de servicio público a los barrios populares, y muchas más bicicletas y muchísimas motos invasoras, pero ya no hay tren, ni autoferro, ni vapores, y los peatones no tienen andenes adecuados por donde caminar, a veces ni siquiera estos existen, obligándolos a caminar por las calzadas, y por tanto entorpeciendo el tránsito automotor y ocasionando muchos accidentes, no pocos de ellos mortales para peatones y motociclistas.

Llegada del ferrocarril a Cali
Llegada del ferrocarril a Cali

Ya en la segunda década del siglo XXI, aunque además de patinetas, bicicletas, motos, taxis, buses, camperos y carros particulares, y que ya se cuenta con un sistema de buses colectivos (llamado MIO) aunque aún muy insuficiente, y con un teleférico a Siloé, la movilidad en la ciudad es cada día más deficiente en tiempos de recorrido y calidad y disfrute de los viajes. Llegando a ser, junto con la contaminación del aire que genera y el ruido que produce, uno de los principales problemas actuales de Cali, además de su caos urbano arquitectónico, y de la inseguridad y falta de educación cívica de sus ya muchos habitantes, los que además aún no son urbanitas, en los espacios urbanos públicos.

Paradójicamente la solución pasa por regresar al comienzo, favoreciendo a los peatones conformando ciudades dentro de la ciudad, en las que la gran mayoría de sus actividades cotidianas las puedan hacer en sus sub centralidades, además disfrutando de ellas. Como por ampliar lo último, cambiando el MIO por un sistema integrado de transporte público, a partir de amplios andenes arborizados, y seguras ciclovías, buses locales y taxis, que lleguen a las paradas de su componente masivo, cerca a las centralidades peatonales de dichas ciudades dentro de la ciudad, y el carro particular quedaría para desplazamientos esporádicos, y sería preferible que sea de alquiler y eléctrico.

Reconstrucción de Cali

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