El concejo municipal

Por Nicolas Ramos Gómez |
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Nicolás Ramos G

Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP


El Concejo Municipal es una Corporación Político Administrativa y Pública, elegida popularmente cada cuatro (4) años, quienes cumplen funciones constitucionales de Control Político sobre la administración. (Art. 312. Constitución). Y constituye una de las instituciones más representativas del derecho constitucional colombiano; su conformación refleja el ejercicio puro de la Democracia desde lo local, por ser una Corporación Pública, que dada su naturaleza, permite mayores oportunidades de contacto directo entre la población y el Estado.

Realmente es  la Junta Directiva de la ciudad y el Alcalde su ejecutor. Así funcionó la ciudad cuando su manejo no estaba corrompido por el clientelismo politiquero que cambió el concepto de servir a la ciudad por el logro del beneficio personal y así debe volver a funcionar.

Ante el crecimiento desordenado de Santiago de Cali es imperiosa la necesidad de una verdadera oficina de Planeación que piense la ciudad a 20/40 años, que son días en su vida. De no ser así, seguiremos de improvisación en improvisación con planes de gobierno de cuatro años, verdaderos monumentos a lo innecesario y superfluo con total descuido de lo fundamental y prioritario.

El creciente desorden vial obedece no solo a la indisciplina de los conductores y a la falta de autoridad, sino a un estudio de origen y destino, sin el cual es imposible ordenar y mejorar la malla vial, dado que resolver problemas puntuales es solo correr el problema unas cuadras.

Para que la ciudad se maneje con un criterio integral, se necesita la opinión decisiva del Concejo Municipal, respaldado en los estudios de una Oficina de Planeación, no de improvisación o de negocios, como en alguna época se la calificó.

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Históricamente la ciudad se llamó “cruce de caminos”, dado que era indispensable pasar por ella para ir al Pacifico o al norte y ello hace súper urgente los estudios de origen y destino y la habilitación del ferrocarril, no solo a Jamundí sino la totalidad del sistema regional.

Los países, con ingresos de hasta 18 veces el nuestro, andan en tren y nosotros, por falta de autoridad, dejamos que el Ferrocarril a Buenaventura y Armenia dejara de funcionar.  

Reiteramos que la ciudad necesita un Concejo que aporte directrices, ejerza el control político y que, basado en estudios serios sobre su crecimiento y la interacción creciente con los Municipios vecinos, piense en su futuro, lo analice y para frenar la corrupción en la ciudad sea vigilante insomne y no su compinche a cambio de cuotas burocráticas.

Si los caleños queremos ver a la ciudad prosperar en orden y con una mejor calidad de vida y que no esté sujeta a intereses politiqueros o económicos del momento, debemos elegir un Concejo integrado por personas íntegras, con vocación de servicio e intachable hoja de vida.

Votar por los candidatos al Concejo es tan importante para la ciudad como votar por los candidatos a la Alcaldía. Si no elegimos bien a los miembros del Concejo seguiremos cuesta abajo y como bien decían los abuelos: sin barranco que nos ataje.   

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