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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
En reciente entrevista en el diario El País de Cali, el presidente del Concejo Distrital afirmó que la situación económica de la ciudad atraviesa por un momento muy difícil, en tanto que debe cancelarse una suma considerable de dinero a los bancos como consecuencia de los créditos obtenidos en el inmediato pasado y en la actualidad. Así mismo advierte del deterioro de la cultura ciudadana y de la deficiente prestación de los servicios de educación y de salud.
En relación con la deuda dice que por el crédito otorgado al municipio por seiscientos cincuenta mil millones de pesos durante el gobierno del alcalde Armitage y de un préstamo similar en el 2022 debe cancelarse a los bancos la suma de doscientos mil millones de pesos en el próximo año, circunstancia ésta que afectará sustancialmente el presupuesto distrital. Es necesario anotar que estos créditos fueron aprobados por la corporación edilicia sin mayores estudios y proyecciones financieras y que hoy ha llevado a su presidente a preguntarse “de dónde van a pagarse dichas deudas que se aumentaron con el paso del tiempo agravándose aún más la situación financiera del municipio de Cali”.
Lo cierto es que ni alcaldes ni concejales previeron los efectos de un endeudamiento tan elevado ni tampoco tuvieron en cuenta las condiciones fiscales del distrito ni la situación socio-económica de los caleños, siendo por éstas razones tanto alcaldes como concejales responsables del manejo de los recursos públicos que en este caso se nutren de los impuestos de los contribuyentes.
No obstante, para el presidente del concejo, la alternativa de solución a la crisis financiera pasa necesariamente por el mejoramiento de la gestión fiscal, en otras palabras, por el aumento de los impuestos, la persecución a la evasión y a la elusión y al pago de la plusvalía que nunca se hizo efectiva palabras estas que en la actualidad se han convertido en muletillas para justificar la imposición de nuevas reformas como la que se anuncia por el ministro de Hacienda y Crédito Público en lo atinente al aumento de los impuestos territoriales.
Para el presidente del concejo el mayor problema de la ciudad es “la actitud y el comportamiento negativo de la gente y la falta de civismo”. En este caso se trata de que la administración no atiende los requerimientos de la ciudadanía que se queja por ejemplo de las deficiencias en el transporte masivo MIO, de la inseguridad reinante en las calles de la ciudad, de la ocupación ilegal del espacio público, del fracaso del plan de renovación urbana de Ciudad Paraíso, el deterioro sistemático de las calles de la ciudad, las deficiencias en la prestación de los servicios públicos en educación, salud, vivienda y de la utilización de los recursos para la construcción de obras prometidas o que no se concluyen o que finalmente no se ejecutaran en el período restante del alcalde Ospina.
Finalmente, el presidente del concejo hace una revelación en el sentido de que la clase dirigente de la ciudad no está unida en torno a la solución de los problemas y necesidades de la ciudad y cada quien hace lo que quiere por su lado. Circunstancia esta que demuestra una vez más la incapacidad de la clase dirigente para dirigir y orientar los asuntos públicos, además de su actitud individualista y egoísta en torno a la defensa de sus intereses particulares disfrazados de interés general.
El compromiso político y social de los caleños consiste en esta ocasión en actuar decididamente frente al estado de cosas que llevó a la ciudad y a sus habitantes a vivir en medio de unas condiciones agravadas por la incapacidad y negligencia de unos dirigentes que agotaron todas las posibilidades del cambio social y que ahora deberán ser relevados del control de la administración, cuya visión estereotipada de la realidad impide el desarrollo racional y ordenado de la ciudad y el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. Y de ahí que sea necesario que los caleños no caigan en las tentaciones electorales de aquellos candidatos que con ocasión de las elecciones para elegir nuevos alcaldes y concejales están dedicados a ocultar las verdaderas causas de los problemas que se repiten en las últimas décadas sin poder solucionarlos. Y sin que los ciudadanos se dejen seducir por los mismos con las mismas. En tanto que estos deben desentrañar de las palabras y promesas de siempre lo que realmente representan y defienden los precandidatos y candidatos desde el punto de vista social e individual.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social
