La medida de la democracia

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


 

embates de la corrupción y de la violencia convirtiéndola en un simple instrumento para acceder al poder del Estado en medio de la lucha competitiva de los partidos

No obstante que la democracia constituye un inmenso valor social y político y un medio muy importante para el ejercicio de los derechos políticos, ha tenido que soportar los embates de la corrupción y de la violencia convirtiéndola en un simple instrumento para acceder al poder del Estado en medio de la lucha competitiva de los partidos y movimientos políticos.

La concurrencia de varios partidos encaminada a garantizar el “libre juego político”, no ha impedido para que las organizaciones políticas mas fuertes desde el punto de vista económico se impongan con sus maquinarias electorales por encima de los proyectos políticos mas débiles, circunstancia ésta que se asemeja un tanto a la lucha que se libra entre las fuerzas económicas que compiten en el mercado.

Por otra parte, el sistema de partidos fundamentado en el principio del “pluripartidismo”, tampoco constituye garantía en cuanto a su legitimidad, en tanto que las clases dirigentes no representan ni defienden los intereses comunes de los ciudadanos que participan en la justa electoral.

Lo anterior ha hecho que se profundice la crisis de la democracia ligada a la crisis general que afronta la sociedad, en la cual las clases dirigentes ya no cuentan con la vitalidad política para dirigir la vida social, sin tener que acudir al uso de la violencia y a procedimientos autoritarios y antidemocráticos, afectando con ello la legalidad del poder y la confianza de los ciudadanos, que ya no creen en las denominadas instituciones democráticas liberales de la actualidad, cada vez más al servicio de los intereses de determinadas clases, grupos sociales o personales.

Uno de los rasgos mas cuestionables de la democracia liberal es el que tiene que ver con el régimen electoral mediante el cual se ofrece al ciudadano aparentemente en igualdad de condiciones, la posibilidad de escoger a sus gobernantes, lo que no impide que los comicios electorales se adelanten en medio del soborno, la intimidación, el fraude electoral y la violencia en buena parte contra los partidos de oposición al régimen y al gobierno.

Así mismo los potenciales electores son tratados como “masa electoral disponible” por los partidos que los manipulan con el ofrecimiento de múltiples promesas que en su mayoría son incumplidas por los candidatos que asumen el poder del Estado.

Colombia no es ajena a esta problemática que en la práctica ha conducido a que un porcentaje muy alto de ciudadanos se abstengan de participar en las elecciones ó que en ésta campaña  las dos candidatas a la presidencia de la república se retiraran de la contienda electoral por falta de garantías y un trato desigual dado por varias organizaciones políticas, sociales y medios de comunicación durante el debate electoral.

Así mismo no deja de llamar la atención sobre lo que ocurre en la ciudad de Cartagena como antesala de las elecciones para escoger el nuevo alcalde de la ciudad, en donde prolifera el tráfico y la compra descarada de votos ante la mirada impávida de las autoridades municipales.

De otro lado resulta muy preocupante la ejecución de una orden de captura con fines de extradición contra el dirigente político Jesús Santrich integrante del nuevo partido FARC, emitida por una autoridad judicial de USA y cumplida por el Fiscal General de la Nación, la cual no deja de ser una especie de estrategia política destinada a desprestigiar a la organización política ante la opinión pública en momentos en que la campaña electoral se desarrolla en medio de una gran polarización política, mediatizada por la violencia que tiende a conculcar la libertad de expresión, de prensa y de la participación de los ciudadanos en los comicios electorales.

los ciudadanos participen decididamente en la lucha electoral y democrática por un cambio social y político

La crisis de la democracia liberal no debe impedir que las fuerzas democráticas y progresistas del país y en general todos los ciudadanos participen decididamente en la lucha electoral y democrática por un cambio social y político, exigiendo a la vez del gobierno de turno mayores garantías para el ejercicio de los derechos políticos a elegir y ser elegido, conforme al querer y sentir de los sufragantes y de acuerdo con lo establecido en la Constitución y en la ley.


Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

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