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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
Como solución a la movilidad y conectividad para la llamada “área metropolitana” de Cali, Jamundí, Palmira y Yumbo, fue presentado por la gobernación del Valle del Cauca el proyecto del Tren de Cercanías, luego de una reunión sostenida con funcionarios del Ministerio del Transporte y de la Financiera de Desarrollo Nacional.
La conectividad y la movilidad son esenciales para mejorar la calidad de vida de los habitantes de un territorio facilitándoles los desplazamientos al trabajo, colegio, universidad, medico, recreación, en menor tiempo y con relativas comodidades durante los recorridos.
Además, la movilidad es uno de los elementos estructurantes para organizar el territorio evitando el desorden y la anarquía.
La idea convertida en proyecto del tren de cercanías se presentó referido no solo como obra de infraestructura, sino “…de transformación social, de equidad y sobre todo, ambiental”.
Este proyecto con estudios de factibilidad terminados -según se dijo por la gobernación del Valle-, se presenta en plena campaña electoral para las elecciones de alcaldes, concejales, JAL, gobernador y asamblea del Valle para el próximo 29 de octubre, lo cual debe motivar a los ciudadanos, a los potenciales electorales, a los medios de comunicación, gremios y sectores sociales a ver más allá de lo que las frases cautivadoras dicen, sin analizar su verdadero contenido.
La necesidad de unir los municipios vecinos renuentes a esta clase de organizaciones en la creencia muchas veces cierta, de que el municipio grande en habitantes y recursos como lo es Cali tiende a subordinar a los pequeños municipios que quedan sin solucionar sus problemas entre otros, la vivienda, el empleo, la educación, la salud, etc.
En esta oportunidad la gobernación del Valle no se refirió a los anteriores aspectos, en tanto resaltó la necesidad del proyecto como parte fundamental de la transformación social, de equidad y ambiental.
No obstante, surgen algunas preguntas relacionadas con el despilfarro de los recursos públicos que siguen siendo la constante, en tanto no se solucionan los problemas de carácter general y prioritarios, al tiempo que dichas obras terminan generando más problemas y/o agravando los existentes.
Hasta ahora no se ha debatido la posibilidad de conformar el área metropolitana en los municipios de Jamundí, Yumbo y Palmira ni en Cali. Este asunto como todas las políticas gubernamentales se deciden en la cúpula de los gobiernos de turno, en una especie de secretismo que atenta y desdibuja los principios del Estado Social de Derecho.
De la necesidad de discutir aspectos puntuales como los que se refieren al trabajo, empleo, vivienda, educación y salud, se pasó al discurso genérico de hoy que plantea la transformación social, equidad y ambiental. ¿De qué manera se logrará este propósito sin estar conformada realmente el área metropolitana, sin conocer las cargas tributarias y fiscales que representaría para Cali y para cada uno de los municipios la conformación del área metropolitana?
¿Cómo puede el gobierno departamental embarcarse en un proyecto de semejante dimensión por lo económico, político, social, financiero y ambiental sin analizar y tener en cuenta las implicaciones que para todos los municipios acarreará, siendo Cali el núcleo del área metropolitana, que además está categorizada como Distrito Especial Deportivo, Cultural, Turístico, Empresarial y de Servicios Empresarial sin que se haya organizado su territorio política y administrativamente como lo ordena la ley de Distritos y estando vencido el término legal para ello.
Frente a los anteriores interrogantes es necesario y urgente abrir el debate en todos los sectores sociales, gremiales, políticos, sin afanes ni presiones electorales garantizando la participación ciudadana por ser este un tema de interés general que afecta a todos los caleños y demás habitantes de la llamada región metropolitana, evitándose de esta manera que se genere un desarrollo estructural y urbanístico que solo beneficiará a grandes propietarios de tierras, urbanizadores, constructores, negociantes de propiedad raíz, ligados al sector financiero.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social
