Las heroínas vallecaucanas

Por Nicolas Ramos Gómez |
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Nicolás Ramos G

Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP


En la historia que se ha contado de nuestra Independencia, poco, pero muy poco, se habla de la participación en ella de la mujer y su importante rol como cuerpo de intendencia de las tropas libertadoras. No solo aportaron sus hijos, eran madres, esposas o compañeras que acompañaban las tropas, hacían la comida, cuidaban los heridos, lavaban la ropa y 47 de ellas fueron fusiladas por los españoles. Afortunadamente las clases de historia, fundamentales en todo país, volverán a las escuelas y colegios.

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En la historia que se ha contado de nuestra Independencia, poco, pero muy poco, se habla de la participación en ella de la mujer

Luisa Góngora, Andrea Velasco, Domitila Zarasti y Dominga Burbano fueron las primeras mujeres fusiladas en San Juan de Pasto, las tres primeras el 11 de diciembre de 1812 y la última el día siguiente en el mismo lugar.  

Además de las 7 mujeres fusiladas en el valle del Río Cauca, otras fueron líderes en la Batalla de San Juanito en Guadalajara de Buga y en las guerrillas del Guanabanal actuó Margarita Cabal Barona, hermana del Capitán Miguel Cabal Barona, primer sacrificado en la Batalla del Bajo Palacé, con la cual se inició la lucha por nuestra libertad de España y de Francisco, fusilado en Santa Fe en 1816.

Las 7 heroínas de las ciudades confederadas o amigas del Valle fueron fusiladas en Quilichao: Rafaela Denis el 14 de diciembre de 1813, Dorotea Lenis el 10 de enero de 1820 y María del Carmen Olano el 2 de febrero de 1820; en Palmira: Dorotea Castro y con ella su esclava Josefa Conde el 13 de septiembre de 1817; en Toro: Carlota Rengifo el 5 de febrero de 1820; en Caloto: Bárbara Montes el 7 de febrero de 1820 y en Guadalajara de Buga: Antonia Ruiz.

Los vallecaucanos tenemos un deber pendiente y es el de erigir un monumento que recuerde a los próceres vallecaucanos, los primeros y los últimos en esa lucha por nuestra independencia, para que Colombia y los vallecaucanos no los olviden. De este monumento ya se puso la primera piedra en Guadalajara de Buga.

En esta semana nos llega la noticia de la muerte de un eminente servidor de la región, Álvaro H, Caicedo González, empresario y dirigente cívico con la fundación del Diario Occidente, en donde con toda libertad podíamos los columnistas expresar nuestras opiniones, es decir el ejemplo de la verdadera libertad de prensa que tanta falta le hace a Colombia en estos momentos. Paz en su tumba y nuestra solidaridad con la familia de ese admirado amigo.  

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