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Editorial
El presidente de la República Gustavo Petro, en la Hacienda de Hatogrande se reunió en las afueras de Bogotá para sancionar la ley de paz total o prórroga de la ley 418.
"Se ha renovado la regulación que le permite a los gobiernos construir negociaciones con quienes están al margen de la ley, para conquistar el sueño de la paz total en Colombia" así comenzó el presidente Petro a definir la paz total como un sueño.
"Habrá personas que negociaran con el gobierno las opciones de acabar con una guerra insurgente desde hace muchas décadas, que debe terminar definitivamente sin ecos para que la sociedad colombiana sea la verdadera dueña del país, la verdadera dueña de los destinos de Colombia, la democracia real y pacifica que necesitamos en este país. Así que queda firmada la ley”
De esta manera el presidente Petro se lanza a buscar una democracia real y pacífica, según lo dice.
Es la prórroga de la ley 418 de orden público, la cual define el concepto de paz total del Estado y le permite al gobierno desarrollar temas relacionados con la convivencia, la justicia social y ambiental.
Quiere decir que ya jurídicamente arrancan las negociaciones con el Ejército de liberación nacional, ELN, quien ha dejado muchas víctimas en el país y quien ha fallado en varias negociaciones de paz, al tener una visión diferente sobre la sociedad colombiana.
Otra negociación tiene que ver con las disidencias de las FARC, ¿porque no entraron al acuerdo con las FARC?
Y la más delicada es con aquellos firmantes del acuerdo con las FARC, que no le cumplieron al país y siguieron en las actividades del narcotráfico y delictivas, violentas como Iván Márquez, tema que tiene que valorarse suficientemente ante Colombia en una sala de crisis. Nada fácil con la justicia, lograr que lo pueda entender la comunidad internacional y la colombiana.
Ahora negociar con el clan del golfo y las bandas criminales, todas tan disímiles en sus negocios y rutas tan diferentes, no se sabe si serán con conversaciones territoriales, pues es el volumen de bandas criminales lo que hace que sea muy difícil de consensuar y acatar al comisionado de paz Danilo Rueda, a quien le dio la instrucción el presidente de la República de ejecutar esta política, no solamente desde que asumió el cargo, sino ahora en la sanción presidencial.
Lo primero que debe hacer es darle organización institucional a estas negociaciones, porque no podrá tener comisionados de paz por región o por departamento.
Se convierte la PAZ TOTAL, en la política más compleja del presidente Petro por su dimensión, con 4 grupos violentos de diferente procedencia, sin saber que se le cumpla a los extradidables con los acuerdos de la campaña electoral.
Allí esa organización mínimo en 10 departamentos, al interior de conflictos de orden público complejos tendrá el gobierno que buscar ese acuerdo.
"Habrá personas que negociarán con la justicia la posibilidad de un desmantelamiento pacífico del crimen", está la de las bandas criminales tendrán estas dificultades prácticas. Ahora a soñar con la paz total.
