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Redacción
Estamos con Mario Fernando Prado, haciéndole el reconocimiento por el gran aporte que ha hecho a la cultura nacional con las más de 1.100 canciones interpretadas al piano y publicadas en Youtube bajo su marca Mario Fernando Piano. MF, gran periodista y publicista, caleño, escritor y columnista. Entrevista el director de Caliescribe Ramiro Varela.
¿En qué momento te diste cuenta del gran aporte a la cultura nacional a través del piano?
La verdad, yo nunca lo supe, Ramiro. En mi casa compraron un piano para mi hermana, porque mi hermana debería adornarse con el ballet o el piano y ella eligió el piano porque decía que el ballet le ponía las piernas flacas. Ella nunca dio pie con bola y hubo un momento en que la profesora se dio cuenta de que era yo el que tocaba. Hasta que supieron que yo tocaba por ella.
Te haces famoso en Cali al tocar en el Club Colombia, en el hotel Petecuy e Intercontinental....
Conseguí unas clases con la señorita Lucía Velasco, pero eso no funcionó. Fue entonces cuando el rector del Colegio Alemán le propuso a mis papás que lo dejaran llevarme a Alemania y que él en dos años regresaría al Teatro municipal. Pero no me fui, tenía 13 años. Entro a la universidad y una compañera nos invitó a su casa. Había un pianista conocido como Montoyita que le gustaba tocar Chopin y me inspiraba mucho. A mi me gustaba tocar y un día toqué en la casa de ella y ella le contó al marido. Y él me dice que estaba necesitando un pianista para el Hotel Intercontinental.
Mi papá casi se muere cuando se dio cuenta. Fue entonces que me invitaron a tocar en la inauguración del Hotel Petecuy y ese piano no sonaba. Resultó ser que estaba incompleto, le faltaba el amplificador y los parlantes. Trabajé en el Petecuy y terminé tocando en el Club Colombia. Nunca había tocado con un grupo....Tocaba en algunas reuniones. Durante todo ese tiempo fui almacenando una cantidad impresionante de canciones en la cabeza.
Cuando llega la pandemia estoy en la casa y veo que en el edificio de enfrente salía la gente a aplaudir...... Entonces toqué una canción y la gente también me aplaudió. Después seguí tocando una canción diaria.
¿Qué pasó después de tocar en el Club Colombia?
Sigo tocando en la casa de amigos y me preguntan por qué no masificaba eso. Entonces en plena pandemia me llamó la directora del zoológico para ofrecerme trabajo. Toqué 18 canciones a 18 animales. Fue mi primera salida. Yo tengo un piano Yamaha portátil que suena como piano. Y eso se volvió noticia mundial porque se creó el boom de que había un pianista tocando para los animales en plena pandemia. Creo que mis próximas grabaciones las quería hacer en el cementerio. Fui a tocar canciones al cementerio central a las 8 am con una ligera lluvia. Busqué varias tumbas de personajes caleños como Jovita, el Grillo.... De allí me fui a la Base aérea y toque al lado de los aviones.
Algo que gustó, tus conciertos en Chipichape....
Un día hablé con la gente de Chipichape y me dijeron que toque. Les digo que necesito un piano de cola. Gustavo Uribe lo prestó. He venido dando recitales ahí, los viernes cada mes. Ha gustado tanto que ahora también estoy en Unicentro. Y ahora me contrató la clínica Valle del Lilí. He querido trabajar con la alcaldía un proyecto llamado Piano al parque, llevando mi música a las plazas de algunos municipios. Con la gobernación tengo la idea de ir a municipios como Obando o Versalles a tocar piano en la plaza. Tengo ofertas del Club Unión de Medellín y del Teatro Pedro de Heredia de Cartagena.
Cuéntanos, ¿cómo te ha ido en la popularización del piano, que ha sido muy exclusivo históricamente, para que lo escuchen todos los estratos?
Creo que he logrado entender los sentimientos de la gente. Porque el piano siempre ha sido muy sofisticado. He hecho algo mucho más minimalista a la hora de tocar. En cierta oportunidad me fui a la Fundación Alzheimer a tocar. Toqué “Aquellos ojos verdes...” y una señora me dice “usted me puede complacer con una canción de los Ojos verdes...”. Y otra señora me dice lo mismo y otras y otra... y eso produjo que se despertaran, fue tal la emoción que me puse a llorar. Días después me llama un buena amiga y dice que hice un milagro, me dice que " mi mamá después de ese recital estaba cantando aquellos ojos verdes”. A la gente no se le olvidan las canciones.
Hay una característica de tu música, que son los tangos y los boleros, cuéntanos sobre eso...
El bolero tiene una gran vigencia entre la juventud porque sus letras son más elaboradas. Todos tenemos un bolero que le recuerda a la mamá y al papá. he logrado eso en todos los estratos. Le doy a la gente lo que quiere....
¿Qué boleros interpretados por ti han generado esa admiración?
Por ejemplo, “Pecadora” de Agustín Lara. Madrigal... Me he preocupado también por los boleros que no son muy conocidos. Gustan demasiado. Hay gente emocionada en cada presentación. El tango ya es una cosa más profunda: que es más complejo en las letras. También he tocado canciones de muchos países latinos: Panamá, Perú y otros. Hasta he terminado en Europa.
A ti te hemos conocido por ser un gran amigo y gran relacionista público que te ha permitido conocer a grandes personajes, hasta presidentes... ¿Cuál es la anécdota más interesante que has tenido con un presidente?
He tenido cercanía con Álvaro Uribe. Nunca he sido del Centro democráitco.... hemos sido muy amigos y él no es una persona musical, recita. Cuando estamos él recita y yo le hago música, y eso a él le fascina. Pero la mejor experiencia la he tenido con Germán Vargas Lleras: fui invitado a una comida en Cali pero Germán no llegó. Entonces escribí una columna muy fuerte diciéndole que era un incumplido. Entonces fui a la casa de un amigo y estaba Germán Vargas y me dijo: “para que vea que no soy una persona incumplida”. Desde ahí cultivamos una amistad. Una vez le hice una entrevista en mi casa y casi que no se va. Y él tenía compromisos y decía “que se esperen que estoy ocupado”. También tuve una experiencia con Noemí Sanín y ella me preguntaba cosas mientras yo tocaba.
Entonces se me ocurrió hacer entrevistas mientras tocaba el piano.
Tienes una gran habilidad para romper el hielo, cuéntanos anécdotas...
Elenita Vergas fue mi gran amiga. Con ella hice el piloto para Mario Fernando Piano. La última entrevista que dio, me la dio a mí. Cantó “golondrina de un solo verano”. Unos 4 meses antes de morir. Un día estábamos en su casa de Bogotá y me dice que va a llegar una persona muy importante y va llegando Alfonso López con una vallenata joven y muy bonita. Entonces me dijo que el piano era una disciplina que hay que practicar para que no se le paralicen los dedos. Entonces me dice: “Es que el piano es como las mujeres, que uno no las deja a ellas sino que ellas lo dejan a uno”.
Elenita era un gran personaje. Ella decía que yo estaba poseído. Un día me dice “Poseso, ¿qué vas a hacer el martes a las 8PM? Vení acompañame que me invitaron a una reunión jartísima. Lo primero que hizo fue ir a la cocina y saludar a las empleadas. Luego de eso la anfitriona le dice: “Ahora sí te queremos escuchar Elenita” Ella le responde: “Claro que sí. Aquí he traído mi CD, vale 18000 pesos para quienes lo quieran escuchar” y no cantó.
Un favor grande que le hayas conseguido al Valle del Cauca o a Colombia con tu música...
Creo que un aporte grande que yo he hecho es que mucha gente durante la pandemia estaba con una soledad muy grande. Me aterró leer a gente diciendo que con qué canción iba a alegrarlos. Me decían que tocara algo. “Cómo te parece que yo todas las mañanas amanezco contigo, siempre me gusta oír tu música”.
Hacia dónde va Mario Fernando Prado con su música...
“Hay una canción que dice: “Qué importa saber quién soy y de dónde vengo y para dónde voy”. Tengo mi empresa de comunicaciones, mis programas de radio y tv, mis columnas en El País y El Espectador. Yo siento que la música me está llamando más de la cuenta. Yo logro establecer una comunicación con la gente me escucha. En un teatro de Bogotá hace poco me pasó lo mismo. Con un piano bellísimo, fue emocionante, porque se establece un rigor y la gente la quiere tararear y el aplauso enaltece mucho. Hace poco Miguel Yusti me llamó y me dijo que estaban buscando un pianoman para Silvestre Dangond y De la Espriella y quería que yo fuera allá a Miami. Uno nunca sabe”.
Muchas gracias y recibe este reconocimiento nuestro HACER POSIBLE , LO IMPOSIBLE, ´más de 1.100 canciones interpretadas al piano y por tantísimos aportes a Cali, el Valle y Colombia a través de la música.
