Nuestra responsabilidad cívica

Por Nicolas Ramos Gómez |
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No estamos acostumbrados a pensar que “los deberes son lo que engendran los derechos”

Nicolás Ramos G

Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP


La tendencia humana es siempre responsabilizar a otros de lo que ocurre y ello trae a colación lo dicho por la Dama de Hierro, Margareth Tatcher en 1987: “No existe tal cosa como la sociedad. Existe un tapiz vivo de hombres y mujeres, ….y la calidad de nuestra vida depende de lo mucho que cada uno esté preparado para responsabilizarse de sí mismo”.

No estamos acostumbrados a pensar que “los deberes son lo que engendran los derechos” y caso muy frecuente es la queja de quienes no cumplieron con el deber de votar bien, o no lo hicieron, o vendieron el voto y luego se quejan de los malos gobiernos.

A nuestra patria la azotan grandes problemas como son el narcotráfico y la corrupción, ambas en busca del dinero fácil y la falta de educación sobre los deberes sociales o la conducta de muchos en destruir el equipamiento urbano, arrojar basuras en canales, parques, calles, irrespetar las normas del tránsito vehicular, entre otras. En los países de altos ingresos o desarrollados es en general admirable el comportamiento de la gente.

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Sin disciplina en la sociedad o en el común, como decían en otros tiempos, solo aumenta el desorden

Aquí creemos que lo inteligente es evadir o violar las normas, no hacerlo es no “tener malicia indígena”. Y como dirían los abuelos, el buen comportamiento se aprende desde la casa y en la escuela, cuando padres y maestros eran respetados. El hecho de que castigar hoy a un joven signifique dañarle la personalidad nos indica que como vamos, cada día llegaremos más de prisa al despeñadero. Recordemos la fábula de la lechera, al fin el cántaro se rompe y crece el subdesarrollo al ritmo del calentamiento global.

Sin disciplina en la sociedad o en el común, como decían en otros tiempos, solo aumenta el desorden, el tejido social se desquebraja porque perdemos calidad de vida y todo se daña. Como sociedad, si no cambiamos seguiremos como el cangrejo, caminando para atrás.

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