Deporte y ciudad

Por Benjamin Barne… |
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Por Benjamín Barney Caldas 

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011


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El deporte es propio de muchas ciudades, las caracteriza y atrae un turismo más educado, lo que ayuda a que sus ciudadanos sean más abiertos a otras culturas.

El pasado lunes se inauguró en Cali el XIX Campeonato Mundial De Atletismo Sub-20 con más 170 atletas de 146 países. Como ya se recordó en esta columna (06/11/2021) el deporte se remonta a la China del siglo V a.EC. y en el antiguo Egipto se practicaba. Pero es con los Juegos Olímpicos de Grecia donde nace su concepto moderno de ejercicios físicos reglados, y en Roma será un espectáculo público del Estado, mas durante la Edad Media casi desaparecieron y sólo con el Renacimiento se abrió una nueva etapa y hasta el siglo XIX se utilizan las competiciones a modo de deporte, y a lo largo del XX se consolidaron los juegos existentes y se incluyeron mujeres y jóvenes.
El deporte es propio de muchas ciudades, las caracteriza y atrae un turismo más educado, lo que ayuda a que sus ciudadanos sean más abiertos a otras culturas.  En Cali se han realizado los Juegos Panamericanos (1971), el Campeonato Mundial de Natación (1975), el Campeonato Mundial FIBA para Mujeres (1975), el Campeonato Masculino Mundial de Baloncesto (1982), el Mundial FINA Junior de Nado Sincronizado (1999), el Campeonato Mundial de patinaje de velocidad (2007), la Copa Mundial Sub 20 de la FIFA (2011), los Juegos Mundiales (2013), la Sub sede de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe (2018) y los Juegos Panamericanos Junior (2021).
Estas actividades físicas, ejercidas como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas, son recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, generalmente al aire libre, y educan de diversas maneras a sus practicantes, principalmente en lo relacionado con el respeto a los otros y a las normas convenidas, con todo lo que ello implica en la construcción del individuo como un ser social. Además, a través del deporte se fomentan valores y habilidades de manera sana y sabrosa, y es un medio inmejorable de interactuar con los demás, logrando niveles de integración que casi ninguna otra actividad en la ciudad puede alcanzar.
 

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Pero a Cali, además de más y urgente educación cívica, le hacen falta más ciclovías recreacionales, más canchas deportivas en las zonas verdes no en los parques pequeños

El deporte aficionado o espontáneo, como igualmente el caminar o ir en bicicleta para movilizarse por la ciudad, es de gran ayuda para la salud física y mental de sus habitantes y buena parte de su recreación al aire libre, sobre todo en climas tropicales calientes o medios, y en especial para niños, adolescentes, jóvenes y adultos, pero también para gentes mayores que disfrutan viéndolo. Por eso el diseño y ubicación en la ciudad de las canchas respectivas debe ser ante todo un asunto de urbanismo, paisajismo y arquitectura y no solo técnico/deportivo, ya que se debe agregar a su espacio urbano público, igual que los andenes, las terrazas en primer piso, las plazas y los parques.
Pero a Cali, además de más y urgente educación cívica, le hacen falta más ciclovías recreacionales, más canchas deportivas en las zonas verdes no en los parques pequeños, y más piscinas públicas; y hay que insistir nuevamente en la necesidad de un pequeño lago, más cercano que el de Calima, para prácticas de remo, navegación a vela en botes pequeños y otros deportes en el agua, que además sería recreativo; podría estar en la parte alta del río Cali, antes de su entrada a la ciudad, e incluso contar con una pequeña hidroeléctrica; o en su curso medio en la actual Base Aérea, cuya escuela desde luego permanecería allí, o cerca de la desembocadura del río Cali en el Cauca.

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