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Redacción
Es una industria que mueve en el país más de 3.7% de la economía agrícola, y más del 2.2% de la industrial y más del 0.6% de la nacional y para el Valle del Cauca es el gran motor de su economía, pues tiene el 31.4% de la agrícola, el 11% de la industrial y el 4.3% de la economía.
Una de las fortalezas de admirar es que tiene la más alta productividad mundial de azúcar por hectárea, cómo porcentaje del rendimiento, por encima de Australia, de la Unión Europea, de Brasil, de EEUU y del promedio mundial. Sus exportaciones de azúcar superaron en el 2019 los 330 millones de dólares, con una producción de azúcar superior a 750 mil toneladas exportadas en el año 2019.
La producción de Etanol está cercana a los 500 millones de litros, con la gran amenaza de las importaciones subsidiadas. Tiene una cogeneración de energía eléctrica de 1700 GWh y se le vende al sistema eléctrico interconectado nacional 762 GWh suficiente para abastecer a un municipio como Cartagena.
Admirable su desarrollo económico – empresarial
Son ingenios con ingresos anuales entre 300 mil millones de pesos y 1 billón de pesos, con patrimonios que oscilan entre 200 mil millones de pesos y 800 mil millones de pesos entre los que se cuentan La Cabaña, Carmelita, Manuelita, María Luisa, Mayagüez, Pichichí, Risaralda, San Carlos, Tumaco, Castilla, Ríopaila, Incauca y Providencia
Su balance económico y social es creciente, solvente a través de décadas e importante para Colombia y el Valle del Cauca.
Beneficia a más de 1.200.000 familias
El balance social es que la industria del azúcar beneficia a más de 1.200.000 familias, y genera más de 200 mil empleos directos, y por supuesto a todo el encadenamiento productivo, donde se encuentran los cultivadores, ingenios (fábricas) y se proveen servicios ,bienes y mano de obra no calificada, donde el 65% de las casi 240 mil hectáreas sembradas en caña, principalmente el Valle del Cauca, Cauca y Risaralda están en manos de propietarios que tienen menos de 60 hectáreas cada uno ( 60 hectáreas de caña tienen un valor comercial promedio 6 mil millones de pesos).
Benefician con impuestos a medio Valle del Cauca
No se puede desconocer el impacto que tiene la industria del azúcar en los municipios vallecaucanos especialmente Zarzal, Bugalagrande, Andalucia, Tulua, San Pedro, Buga, El Cerrito, Guacarí, Florida, Pradera, Palmira, Candelaria, Cali y en menor escala otros 9 municipios vallecaucanos que se benefician del volumen de los impuestos locales de predial e industria y comercio, más la oferta laboral y otras acciones sociales importantes, pero no del tamaño de lo esperado. Y opor supuesto a municipios del norte del Cauca y Risaralda.
El monocultivo, el agua y baja ocupación laboral/ ha
Uno de los problemas que tiene el gremio azucarero para el caso del Valle del Cauca es que no cumple las expectativas generadas, pues el nivel de empleo generado frente al área de los terrenos utilizados es muy baja, teniendo en cuenta que representa una de las pocas oportunidades laborales para los habitantes de las áreas ribereñas al Río Cauca, donde utilizan casi todas sus tierras productivas, desplazando otras alternativas de uso como frutales, que generarían más empleo para las personas de la región y con ello se mejoraría la calidad de vida. O también cultivos como frijol, soya, arroz, que tambien ocupaban el suelo vallecaucano.
El agua superficial y subterránea es un problema regional, que no se ataca como debe ser, ante la sequia de cuencas, quebradas, riachelos y ríos.. Por ello, no salen de la junta directiva de la CVC, a la que ayudaron a crear como instrumento de desarrollo, pero no han dejado que han verdaderamente la que ejerce el control ambiental. Es solo visitar y comprobar las decenas de corregimientos donde el agua superficial desapareció….
La propiedad es legitima
Quien conozca en la presente generación la historia de abuelos y padres por casi 100 años, puede informar que se equivocan los que piensan que la propiedad de la tierra de la caña se ha generado por violencia en el Valle del Cauca y departamentos vecinos o desplazamiento forzado u hostigamiento contra pobladores y pequeños terratenientes. Nadie ha sido obligado a vender parcelas, por el contrario los pobladores consideran que se les ha valorizado la tierra gracias a la industria de la caña, ni tampoco han sido los campesinos los que han perdido la tierra, quienes venden libremente, se pasan a vivir a las ciudades usufructuando los ingresos de su venta
Y quien haya estado cercano a la propiedad de la tierra en el norte del Valle del Cauca, en el centro y en el sur del departamento, nunca se ha propiciado la caída de salarios y si se emplea en los ingenios, es como les llegará la lotería a los trabajadores por los beneficios que de ello se deriva. Sí obviamente se ha utilizado los recursos de ley para que las cooperativas de trabajo asociado hayan proliferado, son asuntos legales.
La tierra comprada por el narcotrafico ha sido intervenida por estupefacientes hoy SAE , han sido procesos lentos por el debido proceso, en unos casos entregada a campesinos, que la mayoría no la han utilizado bien , porque las han alquilado o vendido …
Volver a tomarse la región , institucionalmente
Si es importante que la industria de la caña, Asocaña y los mismos terratenientes tengan la firme convicción de transformar su negocio, para que haya un modelo de mayor crecimiento con sostenibilidad social y empresarial, para retomar su respetabilidad institucional, como lo fueron con don Harold Eder, don Hernando Caicedo y tantas familias que han aportado trabajo y riqueza al Valle del Cauca, como Cabal, Garces, Saa, Madriñan, Azcarate, Blum, etc.
Grandes pecados probados…
En la actual generación, que recibieron herencia centenaria, han crecido el negocio industrialmente y han querido mandar con el modelo del cacicazgo, manejo político con el gobierno nacional de turno, hasta el punto de abusar de su poder cuasi monopolico y olvidándose del desarrollo político del Valle del Cauca y los municipios de su área de influencia, a los que finalmente cooptan, por su poder económico y macropolitico.
Debe acabarse la prepotencia de los industriales liderando los ingenios, con sus dos grandes equivocaciones en los últimos 5 años ( la constitución del cartel del azúcar y la pelea por la Presidencia de Asocaña), con costo político muy alto. Ya el gamonalismo se acabó y en la industria del azúcar quiere mantenerse ese lineamiento gerencial como en el pasado
Lo que pasó en la industria de la caña entre el 2010 y 2016, donde se sancionaron a los ingenios azucareros y el gremio de Asocaña las personas naturales, por haber incurrido en conducta concertada, continuada y coordinada para obstruir o restringir las importaciones de azúcar a Colombia, por una cifra de 260 mil millones de pesos, es algo que aún no se ha dado respuesta pública , porque no se reconoció. Se abusó y atentó contra la libre competencia económica, afectando la protección del bienestar de los consumidores, y sus intereses.
Y han venido con una división económica y política , hasta el punto que llevan 3 grandes equivocaciones entre el 2016 y el 2020 en la decisión del Presidente de Asocaña. Los ingenios están en su libre derecho de designar el Presidente de su gremio, pero desconocieron a los cultivadores y ese fue el error que cometieron algunos.
Para nadie es un secreto que gran parte de la población estuvo en contra del proceso de paz con las FARC que se vio reflejado en el NO al plebiscito y es normal que se tengan pensamientos diferentes al proceso de paz, ya eso se dirimió y ganó el NO, pero el gobierno de Santos no cumplió y por ello sigue la controversia ideologica, política y empresarial. Sin olvidar que muchos accionistas de ingenios y/o cultivdores de caña, fueron victimss , muerte y secuestro, que para muchos es imperdonable.
Los Ingenios deben aportarle más a la región y al Valle del Cauca dentro de su responsabilidad social y empresarial, mitigar las acciones propias de sus debilidades, para que reciban el respaldo de toda una población, ante un posible gobierno de una izquierda radical en el 2022. Aun están a tempo de reorientar su presente y futuro.
