Balance poco objetivo y superficial sobre la gestión del alcalde

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


Sectores de opinión y centros de pensamiento consideran que la gestión del alcalde Ospina durante su segundo año de gobierno “tuvo más sombras que luces”, al tiempo que ha sido catalogado como el gobernante más desprestigiado del país de acuerdo con las últimas estadísticas a nivel nacional. Consideran que el manejo dado al llamado “estallido social” hace parte de los desaciertos de su gobierno, en tanto que la realización de la feria y el control de la pandemia del COVID-19 han sido considerados como aciertos de su gestión administrativa.

Sus críticos afirman que hasta la presente no se conoce el contenido de los acuerdos suscritos con los jóvenes que participaron en el paro nacional, salvo lo relacionado con el ofrecimiento de becas para cursar estudios en diferentes centros educativos de la ciudad.

En cuanto a los subsidios a los empresarios que contrataban a jóvenes, tampoco se conoce si van a continuar con tal política.

Por otra parte, vastos sectores de caleños pertenecientes a diferentes clases y grupos sociales manifiestan que al gobierno local se le salió de las manos el control y manejo del orden público permitiendo que en la ciudad reinaran el caos y la violencia producto del desgobierno total y absoluto que hizo que se impusiera el vandalismo con la destrucción de bienes privados y públicos y se atentara contra la integridad de varias personas, algunas de las cuales resultaron heridas, muertas o desaparecidas.

A todo lo anterior se suma según sus críticos la lenta, recuperación del transporte público y la rehabilitación de las estaciones del MIO, además del limitado avance del plan de desarrollo y de la poca ejecución presupuestal, circunstancia esta que atrasó los proyectos de obras de infraestructura y la aplicación de las políticas públicas en general.

No obstante lo anterior, estos hechos y acontecimientos lamentables han sido analizados en el contexto de una visión un tanto superficial y limitada que agota la posibilidad de examinar con mayor profundidad las condiciones en que se produjeron dichos sucesos en medio de una situación de crisis económica y sanitaria que afectó la vida de todos los colombianos y sin que hasta la presente se haya podido recuperar en su integridad.

No hay que olvidar que la sociedad colombiana atraviesa por una profunda crisis económica política y moral como consecuencia de la agudización de las contradicciones sociales que desembocan en graves y complejos conflictos sociales que también involucran a los caleños y vallecaucanos comprometiendo el presente y futuro de su existencia social, el cual no depende en fin de cuentas de la simple voluntad de los gobernantes de turno que se encuentran saturados por la agravación de las condiciones económicas y políticas en que viven los ciudadanos que exigen sus derechos y libertades.

Y de ahí que desde la VEEDURIA que representamos consideremos que el balance realizado a la gestión del alcalde no sea del todo objetivo e imparcial en tratándose por ejemplo de la actitud asumida por este durante el “estallido social” con respecto a la crítica que se le hace por su escogencia del diálogo para enfrentar la situación y retomar el control del orden público en la ciudad, circunstancia esta que se repitió en todo el país con todos los alcaldes y gobernadores que procedieron de igual manera. 

De otro lado resulta exagerada la valoración que se hace de los resultados de la feria de Cali al afirmarse que la misma constituyó un verdadero acontecimiento que permitió reactivar la economía de la ciudad, lo que por supuesto hace parte de una realidad aparente después de la cual reaparecerán las afugias de los caleños para solventar sus necesidades agravadas con las alzas de los alimentos, transporte, salud, servicios públicos, el impuesto predial, tasas y contribuciones, matrículas y pensiones, arrendamientos y las dificultades para conseguir un trabajo estable y duradero.

Finalmente, los costos y beneficios que arroja la gestión del alcalde Ospina particularmente en torno a la elevada inversión en el parque del Río entregado en el mes de diciembre, de los resultados de la feria y del control del COVID-19, han sido muy altos y onerosos para los caleños, en tanto que la administración descartó de plano la posibilidad de prever y prevenir la anunciada presencia de la variante Omicrom que se propagó rápida y masivamente, lo cual llevará nuevamente a las personas a limitar su actividad laboral, comercial, estudiantil, etc., con graves consecuencias económicas y perjuicios para la ciudad.


Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

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