- 28 vistas
Nicolás Ramos G
Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP
Con la creación del Ministerio de la Igualdad apreciamos cómo se hincha la burocracia en el Estado, igual en lo departamental y municipal. 774 nuevos cargos con un costo mensual en solo sueldos de 3.500 millones, y pueden ser iguales o superiores los otros costos. Pero nadie les ha explicado a los contribuyentes, esos que pagan lo que cuesta esa burocracia, cuales son las funciones o labores que cumplirá esa nueva fronda burocrática y seguramente clientelista, que en nada disminuirá la desigualdad en el país.
La desigualdad es congénita con la humanidad dado que, aunque genéticamente los seres humanos somos iguales, no lo son la inteligencia, la capacidad creativa o de trabajo y los intereses o inquietudes a lo largo de la vida. Se puede apreciar desde la casa, la escuela y la universidad o en cualquier clase de trabajo en donde unos sobresalen y a otros poco la usan la mente y el lápiz poco les sirve. Existen científicos, artesanos creativos, artistas, poetas, escritores y los apáticos o indolentes en el diario vivir que nada producen, pero se quejan de todo o de que no los comprenden. Eso se ve a diario en cualquier organización, menos en el Japón en donde cuando ocurre una tragedia no esperan ayuda, salen todos a cooperar o ayudar a resolver los problemas o accidentes y los sindicatos, junto con sus pliegos de petición presentan sus aportes para incrementar el rendimiento de la empresa. Piden, pero también aportan para mejorar la productividad. En eso bien poco nos parecemos.
Pero para superar el subdesarrollo es fundamental reducir y agilizar el Estado y emplear esos recursos en mejorar la educación, las vías, la seguridad y fomentar la creación de empresas que den valor agregado a nuestros productos primarios, para lo cual se necesita capital, pues sin él es imposible establecer ni siquiera emprendimientos. Las instalaciones y la maquinaria no la regalan y los trabajadores hay que pagarlos.
No podemos seguir cambiando productos agrícolas sin valor agregado por productos de alto valor como aviones, automóviles, maquinaria de todos los órdenes, computadores o celulares. Los productos con valor agregado es lo que enriquece a los países con planeación de largo plazo y altas tecnologías, como son Taiwán, Corea del Sur, China, EE. UU. y otros. ¿Cuántas piñas o aguacates equivalen al valor de un celular? ¿Cuántas un automóvil? ¿Cuántas las turbinas de hélice para generar energía en la Guajira? Reiteramos que debemos ser como la hormiga trabajadora y no esperando que el Estado nos regale lo que no tiene o lo consigue aumentando los impuestos y despilfarra luego en burocracia inútil y estorbosa o dejando lo roben.
O cambiamos o seguiremos lamentándonos y eligiendo ignorantes y malos gobernantes que se portan como el avestruz.
