No sigamos rasgando vestiduras sobre Hidroituango

Por Guillermo E. U… |
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Por Guillermo E. Ulloa Tenorio

Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.

 


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cuyo costo presupuestado cercano a los US $ 3 mil millones

Hasta hace unos meses Ituango era una población desconocida en Colombia. La pequeña y apacible población incrustada en las escabrosas montañas antioqueñas, con menos de diez mil habitantes, atravesada por el río Cauca, había sido paso de conquistadores españoles en el siglo dieciséis, lugar de arduas batallas con los guerreros nativos tuangos.

Cuatro siglos después, conquistadores modernos, en busca esta vez, no de oro sino de otra fuente de riqueza, pusieron la mira en la olvidada región. Aprovechando su topografía se podría crear un ambicioso proyecto hidroeléctrico, para la seguridad energética del país, generando el 16% de la demanda, consolidándose Antioquia como la principal fuente de suministro del país.

la mas costosa obra de infraestructura hidroeléctrica del país.

Los aguerridos “paisas”, definidos de “noble ancestro de Don Quijote y Quimbaya”, como lo cantaron Garzón y Collazos, acometieron el proyecto de Hidroituango, cuyo costo presupuestado cercano a los US $ 3 mil millones, lo convertía en la mas costosa obra de infraestructura hidroeléctrica del país.

La serenidad de la adormilada montaña y su reposado río fueron despertados por el incesante rugir de maquinaria, explosivos y movimientos, desestabilizando la estructura que la naturaleza les había forjado.

Haciéndose sentir y tratando de sacudirse de millones de toneladas de concreto que los estaban cubriendo, montaña y río empezaron a ajustarse a su nueva vestimenta. Con el desequilibrio y desestabilización rebelde, empezaron a aflorarle al proyecto mayores cantidades de obra, sobre costos y rediseños acrecentando los riesgos ecológicos y alarmas a poblaciones vecinas.

Ante estos hechos sobrevinientes el resonar de alarmas despertaron el interés colectivo. En poco tiempo, autoridades, gobierno, medios y el ciudadano común se convirtieron en peritos versados de obras de ingeniería practicando el deporte nacional de señalar responsables desde lo moral hasta lo divino.

Los entes de control, pasivos e inalterables, embriagados en sus mieles burocráticas, encontraron en Hidroituango, excusa perfecta para navegar en su habitual océano insulso de protagonismo.

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Río Cauca - Antes - Después 

Los gobiernos central, regional y local disputándose, como en carrera contra reloj, el rol de salvaguardas de la indefensa población civil ante el peligro amenazador.  

La empresa encargada del proyecto convertida en estudio cinematográfico de una traginovela, entregando diariamente a medios nuevos capítulos de temor, desespero y esperanza.   

Los defensores del medio ambiente, ahogados en pozos de silencio del daño ecológico de voladura de oleoductos y minería ilegal que destruyen lechos, cuencas ribereñas cargadas de mortífero mercurio, que arrasa la flora y fauna, ahora enarbolan la bandera proteccionista buscando responsables. 

no estamos en un funeral. 

Dejemos a un lado la rasgadura de vestimentas, que no estamos en un funeral. 

Hidroituango dejará profundas enseñanzas

Hidroituango dejará profundas enseñanzas de convivencia, previsión, envergadura, superación y pensar en grande. Saldremos airosos y triunfantes de este episodio.

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