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Con todo occidente imponiendo sanciones a Rusia, nos ha sorprendido cómo el Kremlin decide devolver la jugada a Facebook (ahora Meta), bloqueando todas sus actividades en el país. La excusa es que es una empresa extremista.
El Comité de Investigación de Rusia, el máximo órgano de investigación penal y anticorrupción del país, ha abierto una investigación para determinar si Meta es una organización extremista. La medida se produce después de que Meta tomará una posición bastante inusual.
Hablamos de que la semana pasada flexibilizó las normas sobre las exhortaciones a cometer actos violentos publicadas en sus propiedades de Facebook e Instagram, pero solo dentro de Ucrania.
El presidente de asuntos globales de Facebook, Nick Clegg, justificó la postura (bastante polémica) en el siguiente tuit.
Una visita al sitio web del Comité de Investigación es un viaje a la realidad alternativa de Vladímir Putin. Describe a Ucrania como la nación que bombardea hospitales. Pero el aviso de la investigación sobre Meta es totalmente serio.
Mientras la investigación continúa, el regulador tecnológico ruso Roskomnadzor ha ordenado que se bloquee Instagram en Rusia, citando de nuevo la política de Meta sobre las publicaciones que promueven la violencia.
El regulador anunció la prohibición el 11 de marzo y dijo que aplicaría los bloqueos a partir de las 00:00 horas del 14 de marzo, con el periodo intermedio ofrecido para que los usuarios rusos puedan descargar sus datos, trasladarlos a otras redes sociales e informar a sus seguidores.
Lo que no se ha dicho es que a los rusos les resulta difícil utilizar otros servicios que no estén alojados en Rusia, y que esos servicios están cada vez más sometidos a una vigilancia generalizada a medida que el régimen de Putin avanza hacia la tolerancia cero de la disidencia respecto a sus políticas.
Hablando de Ucrania, su viceprimer ministro y ministro de transformación digital, Mykhailo Fedorov, agradeció a Facebook su postura. Fedorov también ha mantenido su campaña de utilizar las redes sociales para pedir a las empresas tecnológicas que le hagan la vida imposible a Rusia.
El fin de semana imploró a Microsoft, SAP y Oracle que dejaran de apoyar sus productos en Rusia. Al igual que lo hizo con SpaceX, cuando escribió a Elon Musk para que les mandara equipos de Starlink que les permitiera conectarse a internet.
La taiwanesa empresa de hardware ASUS también fue objeto de un tuit ministerial y, al parecer, ha decidido abandonar sus limitadas operaciones en Rusia.
