El Papa entre nosotros

Por Mario Germán F… |
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Mario Germán Fernández de Soto

La llegada del Papa Francisco a Colombia marca un hito histórico para el país. Aunque no se puede desconocer la importancia de las anteriores giras papales (Juan Pablo II en 1968 y Paulo VI  en 1986) la de Jorge Mario Bergoglio, sigue siendo muy especial, dadas las connotaciones sociales y políticas que vive Colombia en la actualidad.

El Papa entre nosotros conocerá que aquí requeríamos de su presencia, pues la esperanza de una paz, pero con justicia, todavía pude ser posible. Y un hombre de paz, como el Sumo Pontífice, seguramente allanará ese camino para encontrarla, porque su presencia es luz en este sendero empedrado por las angustias de la inequidad, que como él mismo lo dice, es la raíz de los males sociales.

Pero más allá de la ayuda espiritual que el Papa Francisco pueda ofrecernos, el mensaje que nos trae el prelado es el mismo que nos ha entregado desde el inicio: La urgente necesidad que tiene la política y la democracia de promover el desarrollo integral de los pueblos. Y esta es una tarea que todos debemos emprender, unidos en las ideas que preservan los valores y conservan las buenas costumbres.

Dice Su Santidad que se hace perentorio propender por el progreso de las comunidades en la tierra, ofreciendo modelos viables de integración social, uniendo en torno al desarrollo a todos los elementos que lo hacen verdaderamente posible, articulando, además, la dimensión individual y comunitaria y, finalmente, integrando entre sí el cuerpo y el alma.

Para hacer posible este objetivo Francisco ha creado un nuevo organismo especializado al interior de la Curia Romana. Se trata del nuevo Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. De esta manera, según lo explicó, previa la visita Papal, el Episcopado colombiano, se da un gran paso en la misma concepción de la hasta ahora llamada pastoral social.

Pero, ¿cómo se define lo social en términos eclesiásticos? Para precisarlo, se parte de lo que el Papa ha denominado la ‘economía del común’ que no es otra cosa que la solidaridad que con honestidad se pone al servicio del desarrollo humano. Este modelo no está escrito en los libros o clásicos de la economía. Es tan solo la forma cómo el obispo de Roma propone consolidar una sociedad que fomente de verdad el bien común, un anhelo de toda la humanidad.

También es importante destacar que la doctrina social de la Iglesia y cada uno de los mensajes que da a conocer el Papa pueden y deben ser aplicados en las organizaciones empresariales, independientemente de la ideología o de los conceptos religiosos. A la luz de la realidad actual este modelo da cuenta de un derrotero que busca alimentar la dignidad de los seres humanos.

Como persona que he trasegado en el servicio social, creo que mi compromiso como ser creyente y practicante del pensamiento cristiano, es ser creativo frente a las realidades que expone el Papa para proveer nuevos escenarios sociales de cambio y conciencia frente a los retos de nuestras comunidades, porque la problemática del país, de nuestra región, nos concierne a todos, a la dirigencia pública y privada. Y es un principio de fe trabajar con sentimiento cristiano.

Twitter, instagram y Facebook: @fernandezDsoto

Web: mariogerman.com.co

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