La medalla se define desde el aula

Por Redaccion |
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El valor agregado más importante de una sociedad es la educación. Permite entender el universo y sus leyes, así como a las personas y las instituciones y, en medio de ese entendimiento trascendental, ayuda a tejer relaciones entre los miembros de la comunidad y el resto del mundo. Te construye como humano, como trabajador, como hijo, como competidor.

La educación es un pasaporte al resto del planeta, en tanto te prepara para competir en otros contextos y permite que exista alguien que te reciba y una sociedad que permita este tipo de eventos. Los eventos deportivos son tal vez una de las muestras más claras de sofisticación de una sociedad: en tanto permiten el desarrollo del individuo y el entretenimiento del gran público.

La educación en el desarrollo integral del deportista ya ha probado su importancia en otros países: pertenecer a las ligas universitarias es requisito para ser seleccionado en los ciclos olímpicos en muchos comités deportivos nacionales a lo largo del planeta. La formación mental, la capacidad de reponerse a las dificultades y de manejar el estrés han probado ser muy superiores en deportistas con una buena base académica de respaldo. Esto, en el escenario deportivo, definiendo una medalla, es definitivo.

El bilingüismo es una herramienta educativa fundamental para el deportista moderno. Desde la autogestión de competiciones a través de medios informativos en otros idiomas, hasta la capacidad de entender las instrucciones de técnicos extranjeros o las conversaciones del rival con sus entrenadores o entre ellos. La ventaja competitiva que el manejo de una segunda lengua otorga al deportista está más allá de toda duda.

Todos los jóvenes de la región que serán convocados a las instalaciones deportivas en el marco del Mundial u-20 de atletismo y aquellos que lo verán a través de los medios de comunicación estarán expuestos a la espectacularidad del deporte base, pero también a miles de medios de comunicación, deportistas y visitantes extranjeros, que pueden integrarse en nuestra sociedad y aportar nuevos conocimientos si nuestros deportistas locales están preparados idiomáticamente para dicha integración: esto es, el manejo del idioma inglés, estándar en todo el mundo deportivo mundial. 

La inclusión en el ciclo de preparación deportiva del componente educativo, en particular el bilingüismo, es prioritario. Las naves que llegan a ese destino deben ser abordadas de inmediato.

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