En riesgo la convivencia y la seguridad en Cali?

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


 

Qué esta pasando en la ciudad de Cali con la convivencia social y la seguridad ciudadana ?. Es la pregunta que se formulan los caleños al tiempo que consideran que las medidas restrictivas derivadas de la aplicación del Código Nacional de Policía poco o nada han servido para mejorar dicha condición, que cada vez resulta mas conflictiva y difícil de manejar por las autoridades de policía que concurren al llamado de los ciudadanos que se quejan del mal comportamiento de sus vecinos, haciendo casi imposible la paz social y el sosiego doméstico en algunas comunidades y barrios de la ciudad, en donde se producen asonadas contra las autoridades policiales encargadas de restablecer el orden público y poner a buen recaudo a los infractores de la ley; circunstancia esta que genera un clima de intolerancia y de tensión social que se traduce en actos de violencia de algunos ciudadanos y agentes de policía en la aplicación de procedimientos que rebasan los limites del uso de la fuerza, en una clara violación de los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Para algunos expertos en estas materias la solución es la de que el Estado tome el control, promueva el civismo y el orden. Para otros, se deben promover los valores y el respeto a las autoridades. Así mismo se considera que los padres de familia deben ejercer un mayor control en la formación de sus hijos, proporcionándoles además apoyo en materia educativa antes que restrictiva.

El hecho real es que el tema de la convivencia social y la seguridad ciudadana, es sin lugar a dudas un asunto muy complejo de tratar, en tanto que el mismo se encuentra mediatizado por una serie de factores cuya influencia o determinación no dependen del valor que se les atribuya a cada uno por separado en concordancia con los cambios que se presentan en la sociedad de carácter económico, político, social, cultural, demográfico, tecnológico, etc.

Lo cierto es que la ciudad de Cali ha estado sometida en los últimos tiempos a una serie de cambios producidos en su gran mayoría de forma espontánea y anárquica y en otros casos de manera planificada acordes con los intereses y necesidades de determinadas clases y grupos sociales que operan con la anuencia de las autoridades, generándose una serie de conflictos que afectan la convivencia y la seguridad de los caleños que en muchos casos perdieron su sentido de pertenencia y de solidaridad con sus conciudadanos.

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Las autoridades no solo deben modificar los métodos para ejercer los controles respectivos sino que deben modificarse las condiciones materiales de existencia y desarrollo

Si bien es cierto a la sociedad caleña debemos concebirla como un todo social, siempre deben tenerse en cuenta sus dinámicas sociales y culturales que caracterizan a sus pobladores que hoy habitan los nuevos barrios y comunas, los cuales se diferencian unos de otros por su situación económica y social, particularmente en la ciudad de Cali en donde la pobreza y la desigualdad social se convirtieron en un factor de división y discriminación, que sin duda alguna afecta el comportamiento social e individual de sus integrantes.

En todo caso el control social y la aplicación de los procedimientos policivos, no pueden convertirse en la medida para rescatar la convivencia y la seguridad ciudadana, en tanto se debe profundizar en las causas que generan aquellos comportamientos antisociales, de intolerancia e irrespeto a las autoridades que conducen a la proliferación de la violencia.

Las autoridades no solo deben modificar los métodos para ejercer los controles respectivos sino que deben modificarse las condiciones materiales de existencia y desarrollo de las comunidades, además de tener en cuenta las observaciones, razones y motivos que influyen en el comportamiento social e individual y que hoy tiene preocupados a los caleños que en el pasado inmediato se distinguieron por el civismo, la cultura y la solidaridad.

ADENDA: La autorización al alcalde Ospina por el Concejo Municipal para tramitar un empréstito por 650 mil millones de pesos, que ha generado observaciones y críticas de diversos sectores económicos y políticos, con destino a la ejecución de 19 proyectos contenidos en el Plan Distrital de Desarrollo Económico y Social, hace parte de la política gubernamental encaminada a satisfacer los intereses particulares de un sector de la sociedad, disfrazados de interés general o social.

Sus efectos de la deuda no solo coparán buena parte de los ingresos disponibles del Distrito para atender el funcionamiento de la administración, el gasto social y la actual deuda púbica y futura, sino que paralizará la inversión pública dirigida a resolver los graves problemas que afrontan la municipalidad y sus habitantes, sumidos en el desempleo, la pobreza y la desigualdad social, agravada con la crisis económica y sanitaria.

Entre tanto el costo inicial de las obras que el alcalde piensa ejecutar sobrepasa los dos billones de pesos resultando de esta manera imposible cubrir sus costos con el mencionado empréstito, lo que conducirá a que la deuda a cargo del municipio adquiera en el tiempo un carácter prácticamente ilimitado, convirtiendo a las futuras administraciones municipales en una dependencia de la Nación y/o del capital financiero, siendo los caleños quienes tendrán que pagar con sus impuestos la abultada deuda de suyo irredimible durante varios periodos y mandatos de los futuros alcaldes de la ciudad.

En tales circunstancias se impone la necesidad de que los ciudadanos ejerzan un control estricto de la aplicación de los recursos del empréstito en la ejecución de las obras, como de la contratación, de la pauta publicitaria y de la nómina paralela, en tanto que la ejecución de obras en Cali por parte de la administración continúan generando sobrecostos que en muchos casos derivan en actos de corrupción que no tienen sanción fiscal, disciplinaria ni penal por parte de las entidades de control.


Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

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