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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
Por estos días y coincidiendo con la etapa pre-electoral para elegir alcalde de Cali y concejo distrital, nuevamente salen voces de diferentes sectores a hablar del alumbrado publico y específicamente sobre el contrato de concesión de la operación y mantenimiento, con frases especulativas sobre lo que puede suceder pues hasta la fecha ni EMCALI ni la alcaldía dan informaciones, lo cual no deja de ser preocupante porque si son especulaciones, le hace daño a la institucionalidad y a la democracia; en tanto que si fuera cierta alguna de las versiones, el asunto amerita la intervención de los entes de control y por supuesto de la ciudadanía en ejercicio de sus derechos de participación en los asuntos de interés general como es el del alumbrado público.
Está de por medio no solo un jugoso negocio que genera anualmente miles de millones de pesos a quien opere el servicio, sino los costos tan elevados en las tarifas, la prestación misma que tiene que ver con aspectos como el de la semaforización que ayuda a la movilidad ágil, la seguridad al tener debidamente iluminadas las vías, parques, plazoletas, lugares públicos, barrios suburbanos y área rural.
El fondo y esencia del problema es la contratación de lo público que se convirtió en una constante en el Estado que poco a poco “delega” sus funciones a contratistas que bajo diversas formas de contratación entran a realizar funciones que deben estar en cabeza del Estado en este caso, de Cali distrito. La Constitución de 1991 en su artículo 365. les abrió a los particulares una puerta para que entren a suplir, a reemplazar al Estado en la prestación de servicios públicos, situación que encareció la prestación de los mismos y se convirtió en fuente de corrupción.
Desde la vigencia de la Constitución de 1991 y con las leyes 142 y 143 de 1994 aprobadas por el Congreso de la república, el interés en la prestación de los servicios públicos por parte de empresarios es permanente, es un negocio seguro como el alumbrado público, generándoles ingresos al tener un mercado de aglomeración y con economía de escala que les permite bajar costos y aumentar las ganancias, en tanto que para los usuarios resulta muy oneroso no solo por las elevadas tarifas con costosas facturas a nivel individual sino porque el municipio o distrito deja de manejar, operar, recaudar los ingresos, además de desprenderse de la infraestructura construida y pagada con el esfuerzo de años por parte de los caleños para entregársela a los particulares por sumas irrisorias, lo cual hace parte del negocio.
El contrato inicial para el alumbrado público fue un convenio interadministrativo entre el Municipio de Cali y ENERCALI posteriormente fusionada con EMCALI EICE E.S.P., para que esta prestara el servicio de alumbrado público el cual definieron como el “suministro de energía eléctrica, la compra venta de energía eléctrica, la facturación y el recaudo de los dineros vía tarifa de alumbrado público, instalación, recambio, mantenimiento y administración de la infraestructura y elementos necesarios para la prestación del servicio de Alumbrado Púbico para el Municipio de Cali, incluidas las nuevas obras que se anexen al sistema”, agregando que comprende los “servicios especiales de Alumbrado Navideño, alumbrado de la Feria, Actividades temporales o discontinuas”.
En marzo del año 2000 el alcalde Ricardo Cobo entregó por 15 años en concesión a MEGAPROYECTOS el alumbrado público, tuvo varias modificaciones y ninguna en favor de los usuarios ni de EMCALI.
Ahora se pretende entregar en concesión hasta el año 2040 o 2045 a un operador privado, que aunque pueda tener una razón social diferente a MEGAPROYECTOS, ésta y específicamente su propietario William Velez estarán como socios mayoritarios en la nueva empresa y de esta manera se ha privatizado este servicio público privando a la ciudad y a EMCALI de operarlo, recaudar, hacer mantenimiento y todo lo necesario para que el servicio llegue a todos los habitantes de Cali.
Las decisiones equivocadas de varios alcaldes y directivos de EMCALI precipitaron el surgimiento de un gran monopolio en la ciudad que hoy ocupa una posición dominante en el mercado respecto del manejo del alumbrado público que genera miles de millones de pesos a sus operadores, que EMCALI y el distrito podrían recibir para beneficio de la comunidad caleña y para efecto de modernizar el sistema del alumbrado público. Al parecer la administración no tiene la voluntad política para realizar los cambios que se requieren en esta materia para la ciudad de Cali.
ADENDA 1: Qué sucede señor alcalde con la reunión que usted programó de llevarse a cabo en el mes de febrero con el comité de habitantes del barrio San Pascual para definir el futuro del proceso de la Renovación Urbana en el centro de la ciudad y en particular en el barrio San Pascual, a la cual se comprometió con los ciudadanos que participaron en el cabildo abierto realizado en septiembre del año anterior y reiterada en reunión posterior en su despacho en donde se comprometió a tener una respuesta definitiva en torno a los planes y programas de renovación urbana, después de reconocer que dichos planes eran fallidos siendo necesario revisarlos en su totalidad?
ADENDA 2: Qué ha sucedido señor alcalde con el plan “burbujas de seguridad” y el “plan neón” que los ciudadanos no saben en qué consiste y sí acaso ya está funcionando, cuáles son los resultados ya que aquellos no se percatan de sus efectos más allá de las estadísticas que ofrecen las autoridades.
ADENDA 3: Se dice que muy pronto se abrirá al público la plaza de Caycedo para el disfrute de los caleños. Qué va a pasar con los vendedores ambulantes que se encuentran a sus alrededores y si a estos se les ha ofrecido alguna alternativa para reubicarlos sin que con ello se interfiera nuevamente el espacio público que es un derecho colectivo de los ciudadanos.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social
