El buen gobierno en Emcali 2020 (IV)

Por Ricardo Téllez… |
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Ricardo Téllez Bautista

Abogado Administrativista Unilibre, Especialista en Administración Pública Univalle


Decíamos que el levantamiento de la toma de posesión de Emcali en 2013 por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos se hizo condicionada al cumplimiento de tres circunstancias que, si se cumplen, facilitarán una excelente gerencia e impedirá que se repita una crisis como a la que llegó en el año 2000:

  1. Redefinición de la deuda de EMCALI EICE ESP con la Nación.
  2. Escisión del negocio de Telecomunicaciones EMCALI EICE ESP, y
  3. Declaración Pública de Buen Gobierno de EMCALI EICE ESP.

 

Pasados dos gobiernos desde 2013, sólo la primera recomendación se ha logrado; la segunda fue hundida en el Concejo Municipal, y la tercera la dejó sembrada el alcalde Armitage en noviembre de 2019. A 2020, el proyecto de Acuerdo Municipal por el cual se autoriza realizar la escisión del negocio de Telecomunicaciones está pendiente de redefinir. De acuerdo con las recomendaciones de la Superintendencia, la escisión permitirá aislar a las unidades de Energía, Acueducto y Alcantarillado del impacto financiero que podría generar el componente de Telecomunicaciones. La iniciativa corre por cuenta de la Administración Municipal.

En cuanto a la tercera, la Declaración Pública de Buen Gobierno de EMCALI EICE ESP, que no es una invención criolla, no es otra cosa que acoger prácticas de buen comportamiento gerencial para garantizar que la empresa no volverá a incurrir (¿será posible?) en idénticas equivocaciones de mediados de la década de los años 90 que la llevó a la crisis de la que aún no ha salido. ¿Pero quién es el mago que inventó ese modelo de Buen Gobierno y cuál su historia?

Enseguida les ofrezco una mini reseña histórica, y en la próxima columna les diré cómo este modelo ha sido gradual y exitosamente recogido por sectores privados y públicos del mundo. Leamos.

El Administrador Público, Magister en Educación, tratadista y docente investigador de la ESAP, Rubén Darío Naranjo Rubennara[1], nos recuerda que el tema fue inspirado hace 2.500 años A.C. por el sabio Confucio, cuando era Viceministro de Justicia en el pequeño estado de Lu, en la legendaria China, tierra agitada por guerras y golpes de mano, en poder de la tercera dinastía Cheu, monarcas que se hacían llamar “Hijos del cielo”, a pesar de que no eran los mejores hijos de Buda. 

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Su preocupación se centraba en la educación y formación de los gobernantes, porque una opción para luchar contra la corrupción es a través de la educación

Confucio decía que lo primero que debe hacer el ser humano es cultivarse a sí mismo con base en organizar su propia familia, que a su vez reflejará, necesariamente, la calidad del Estado. Un Estado que funciona y procede bien puede asegurar la paz, tranquilidad y prosperidad de todos sus ciudadanos.

Entonces surge la ética, que implica el estar capacitado moral e intelectualmente para actuar y liderar un gobierno. Contrario a este ideal, a los que por mera ambición buscaban cargos de jerarquía y alto rango en menoscabo de los ciudadanos de verdadero valor, Confucio les proponía: “No te inquietes por ocupar empleos públicos, pero inquiétate por adquirir el talento necesario para ocupar esos empleos”. Es lo que hoy se llama meritocracia, que implica tener la preparación y experiencia para ejercerlo.

Su preocupación se centraba en la educación y formación de los gobernantes, porque una opción para luchar contra la corrupción es a través de la educación y la formación en los asuntos públicos. Su espíritu práctico le hacía pensar que lo imprescindible es hacer justo, a aquel que detenta el poder de decidir el mayor número de acciones y actuaciones dentro de una causa. Y para eso basta con rodearse de colaboradores sabedores, honestos, probos, e inteligentes.

Se requiere necesariamente de gobernantes buenos, comprometidos y honestos. “Los que se llaman buenos ministros sirven a su príncipe según los principios de la recta razón y no según los deseos del príncipe; si no pueden, entonces se retiran”, decía Confucio, quizás el más antiguo padre orientador de la administración pública, muchísimo antes que Taylor, Fayol y Smith.

La dinámica incluye la participación ciudadana, la rendición de cuentas, y la transparencia, logrando así una estructura para garantizar los procesos administrativos de los países sobre la base del Estado Social de Derecho y sobre los pilares de la democracia, elementos éstos que ostenta Colombia en su Constitución Nacional. Hoy se hace obligatoria la práctica del Buen Gobierno debido a las irregularidades que violan todos los principios básicos planteados por Confucio, principios que hoy solo adornan el discurso de la retórica electoral y del desconocimiento de algunos de esos gobernantes que fueron bien, pero mal elegidos. Las modernas irregularidades están dadas en:

 

  1. La falta de compromiso Ético
  2. La carencia de responsabilidad social
  3. La pseudo-ideología política encarnada
  4. La insuficiencia de sentido de pertenencia por lo público
  5. Las pseudo idoneidades y bagajes o experiencias gubernamentales

 

Para dimensionar la seriedad y actualidad del tema ofrecido, lo expuesto hace parte del actual desarrollo económico global. Organizaciones como la ONU, la OCDE, la CLAD y el Banco Mundial, sólo para citar unos pocos, han retomado el tema del Buen Gobierno, a través de la figura de Gobierno Corporativo. Colombia lo acogió en el Código País en 2005 y decenas de entidades públicas y privadas lo asumieron y hoy son más felices. La última Junta Directiva de Emcali también se apuntó. Otra gran cantidad ni siquiera lo han oído mencionar.

[1] EL BUEN GOBIERNO. Un tema de actualidad con orígenes históricosRUBEN DARIO NARANJO RUBENNARA - Tratadista e investigador ESAP en Administración Pública – Abril de 2012 WEBGRAFIA. http://es.wikipedia.org/wiki/Confucio

 

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