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* David Saavedra
Comunicador social de Univalle
Esta campaña política en Colombia ha generado mucha incertidumbre, pero, ante todo mucha indecisión ciudadanapara decantarse por un candidato y argumentar las razones por lo cual lo respaldan. Hemos observado durante varios meses la contienda electoral, si así se puede llamar, desde la academia, el espacio profesional donde contamos con las herramientas necesarias para realizar análisis a fondo que nos permiten obtener buena y confiable información para elegir la alternativa más adecuada para el país.
Actualmente en un ejercicio electoral por la presidencia de la república que lleva como mínimo 6 meses, en el caso de los candidatos, finalmente estamos en segunda vuelta donde hay que tomar una decisión:
Gustavo Petro o Rodolfo Hernández. La abstinencia también es una opción pero ese es un ejercicio ciudadano equivocado que se debe descartar porque es necesario comprender que votar es el derecho constitucional de elegir o ser elegido.
Desde el domingo 29 de mayo que la candidatura de Rodolfo Hernández se hizo ganador del tiquete a segunda vuelta, me di a la tarea de investigar el proceder del ex alcalde de Bucaramanga, donde las primeras impresiones que conocí de él se fueron confirmando: una persona primaria que tiene indicios de ser folclórico, ya sea como ciudadano, alcalde o ingeniero constructor, que maltrata a algunos ciudadanos, contradictores e incluso funcionarios; que tiene además un proceso ya legal de corrupción en juicio, que aplaude a Hitler y que tiene elementos muy de corte dictatorial o radical.
El tema de las basuras es más delicado de lo que Rodolfo quiere hacer ver, como lo ha explicado el columnista Daniel Coronell, se trata de un negocio excesivamente grande que no se completó pero que de igual generó un gasto público por parte de los asesores y existe la posibilidad de tener trama de corrupción.
Reconozco que el ingeniero tuvo aprobaciones superiores al 75%, que ha trabajado con equipos conformados por un gran número de mujeres y que escucha a sus subalternos, sin embargo, el modelo dictatorial, o peor aún, de no ser experto en administración publica y no conocer al país, hacen que no sea merecedor de mi voto.
Suficiente hemos dicho en las urnas que los ciudadanos colombianos y especialmente los jóvenes anhelamos un cambio, sobre todo en la administración de los recursos donde se despilfarra tanto dinero y es por ello que el próximo domingo 19 de junio se tiene que consolidar un cambio en la dirección de las riendas del estado.
Gustavo Petro es el dirigente de Colombia que más ha luchado contra la corrupción, tanto por los múltiples debates que hizo en la Cámara de representantes, así como en el Senado de la república. Su gestión en la alcaldía ha sido definida en plebiscito por el pueblo bogotano al votar masivamente por él, por lo cual inferimos que su administración fue buena; de otro lado el modelo venezolano, nicaragüense o ecuatoriano en su momento, difiere de lo que es Colombia, donde lo que se busca es atender la justicia social para los menos favorecidos y donde se va a defender el crecimiento económico como ya lo ha expresado Gustavo Petro.
El tema del “señor de las bolsas” fue definido por la Corte suprema de justicia a favor del candidato del Pacto histórico y eso es algo que, como dicen los abogados, ya ha sido juzgado y por lo tanto no afectó mi decisión. Ahora, el escándalo actual de los “Petro videos” tampoco cambió mi voto, ya que en ningún momento se observa alguna expresión de Petro a favor de los extraditables, o de las personas que fueron a la cárcel la Picota donde tampoco hay indicios de que envió mensajeros. Por el contrario, se observa a un hombre que escucha a los interlocutores.
A estas alturas del partido, lo que los colombianos debemos analizar es la capacidad de los candidatos para implementarlos programas económicos, sociales y políticos ya que esto se constituye como lo realmente importante al momento de decidir la mejor fórmula de cambio. En este panorama es claro que Petro tiene, por mucho, una mejor preparación que Rodolfo Hernández.
Por tales motivos quiero que Gustavo Petro sea mi Presidente.
