Cali parcelada y sin control

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


So pretexto de modernizar la ciudad y estimular el progreso urbanístico, el alcalde Ospina viene realizando una serie de cuantiosas inversiones en parques y plazoletas como la Jairo Varela, la zona aledaña al CAM que incluyó el denominado parque de los periodistas con las piedras más costosos del planeta transformando en zona dura lo que antes era zona verde, piedras que recuerdan que por el sector corría el cauce del otrora emblemático Río Cali y esta semana tomó la decisión de colocar varias materas en la vía pública para posteriormente peatonalizar un tramo de la carrera 34 en San Fernando, en lo que la administración municipal denomina un “piloto experimental”, que se mantendría por varios meses después de lo cual se construiría un nuevo boulevard en dicho sector.

Dicha decisión así sea de carácter experimental ha sido tomada sin consultar previamente a la comunidad del sector que considera afectada la movilidad y el tráfico vehicular.

Lo cierto es que el alcalde Ospina no puede cambiar el uso del suelo a su antojo lo cual es competencia exclusiva del Concejo Municipal y más aún en tratándose de cambiar el destino de una vía pública, que desde el año 2021 y de manera arbitraria permitió su ocupación por los propietarios de bares y restaurantes adyacentes a esta vía pública argumentando el derecho al trabajo.

De acuerdo con el Plan de Ordenamiento Territorial -POT- de los años 2000 y 2014, el sistema vial es uno de los elementos estructurantes del territorio Municipal y por tanto cualquier modificación que se introduzca al mismo demanda de un estudio previo que además debe ser consultado con los ciudadanos que habitan el sector, en tanto que cualquier cambio urbanístico introducido tiene implicaciones de toda índole que deben ser tenidas en cuenta a la hora de aprobarse por la Corporación edilicia, particularmente si conlleva modificaciones sustanciales en el entorno físico, ambiental y urbanístico, de movilidad y de carácter económico y social.

Cali parcelada

La experiencia al respecto nos indica que los planes y obras viales que desde hace treinta años se realizan, es muy poco lo que le han servido a la ciudad para resolver sus problemas de movilidad y de transporte, a pesar de la inversión de ingentes recursos del presupuesto municipal que a la postre han beneficiado a grandes propietarios de tierras aledañas a las vías que se construyen, afectando en muchos casos las condiciones naturales y ambientales del lugar, tal como sucede con la avenida circunvalación.

Por otra parte, es de conocimiento de las autoridades lo que sucede con los denominados piques de motos que se realizan a partir de los días jueves a altas horas de la noche a lo largo de la carrera 4 oeste con avenida Circunvalar hasta llegar a Cristo Rey, afectando la tranquilidad y el sosiego doméstico de los habitantes del sector de Arboledas, Bellavista y otros, al igual que el medio ambiente por ruido, la movilidad y del transporte público que circula por dicha vía.

Lo preocupante de este asunto es que ni las autoridades de tránsito ni de la policía toman medidas definitivas para acabar con este problema y el CAI de Bellavista no deja de ser más que un convidado de piedra en el sector.

Los anteriores hechos son parte de una problemática general cuyos efectos negativos se han ido acumulando sin que se advierta una solución adecuada y racional que además consulte el interés general y promueva las condiciones materiales y espirituales del verdadero progreso y no un sucedáneo del mismo que destruye valores y derechos de los ciudadanos y con ello el entorno social, cultural, ambiental de la ciudad y de sus habitantes.


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