La virtualización del arte

Por Andres Mejia |
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Andrés Mejía M.
 

Desde pinturas hasta canciones, pasando por tarjetas coleccionables, las posibilidades que se abren al acuñar NFTs son infinitas. Y son también una excelente manera de demostrar la autenticidad y la propiedad de obras creativas.

El mercado del arte está dando un giro innovador. Celebridades, artistas digitales y todo tipo de creativos ofrecen sus trabajos en la blockchain.

El artista visual Beeple vendió un NFT llamado "Everydays: the First 5000 Days" por más de 69 millones de dólares. 

Una blockchain presenta ciertas propiedades únicas. Existen reglas que determinan cómo deben ser añadidos los datos, y una vez éstos han sido almacenados, resulta virtualmente imposible modificarlos o eliminarlos.

Al nivel más básico, se trata de una criptomoneda que representa algo único, coleccionable y que no puede ser replicado.

Los tokens no fungibles (NFTs), a menudo denominados criptocoleccionables, amplían esta idea. A diferencia de las criptomonedas - en las que cada token es igual-, los tokens no fungibles son únicos y de cantidad limitada. 

Un Token No Fungible (NFT) es un tipo de token criptográfico en una blockchain, que representa un activo único. Estos pueden ser activos completamente digitales o versiones tokenizadas de activos del mundo real. 

Fungibilidad significa que las unidades individuales de un activo son intercambiables y, básicamente, indistinguibles entre sí.

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