La confesión de FECODE

Por Guillermo E. U… |
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*Guillermo Ulloa T

Detrás de todo movimiento, por insignificante o trascendental que sea, siempre existe una motivación política de cambio hacia el establecimiento, consecuente con la lucha por llegar al poder que no se ostenta y, una vez obtenido, desplegar y ejecutar ideas de cambio.

La historia también nos ha enseñado que en cualquier lucha habrá fatalidades y sacrificios de vidas humanas. No podría apartar de este análisis el cambio en la conversión de ideales ajenos al pensar cristiano. Los mártires de la iglesia son ejemplo. El patrón de cientos de millones de soldados que inmolaron sus vidas en batallas campales en conquistar el efímero poder de dinastías históricas en todos y cada una de los rincones de los continentes globales, por miles de años. Asia, Europa, África y el continente americano fueron escenarios de disputas revolucionarias y territoriales.

La confesión de FECODE

Es por ello que no sorprende la confesión del ejecutivo de FECODE, integrante de su comité ejecutivo, presidente y tesorero, además miembro del autonombrado “Comité del Paro”, Nelson Alarcón, sobre la verdadera motivación del “paro pacifico” que lleva más de seis semanas, con caóticas y catastróficas consecuencias al aparato productivo nacional y al establecimiento constitucional, democráticamente elegido.

Sus palabras “Esto es de largo aliento, esto es para llegar con miras a 2022 y seguir mucho más allá, para derrotar al Centro Democrático, para derrotar a la ultraderecha y llegar al poder en 2022.” no sorprenden. Es una declaración de guerra convocada por el sindicalismo de FECODE. Seguir justificando el mal llamado “paro nacional” expresando que “. . . hablar de transformar el país a través del voto popular se volvió un problema” es confesar que no tienen la más mínima intención de reconocer cualquier gobierno legítimamente elegido.

Pero quizás lo más triste y decepcionante de sus polémicas declaraciones es cuando cínicamente, al mejor estilo “santrich”, desconoce la vocería de los jóvenes que ellos mismos enviaron, como carne de cañón de primera línea, a las marchas, mientras disfrutaban, a manera de generales de guerra, en total tranquilidad, alejados de la violencia callejera, resguardados en sus aposentos de negociación. “Mal haríamos hablar por los jóvenes de primera línea porque hoy nosotros no somos los voceros. … ellos son los voceros de ellos legítimamente.”

La confesión es calamitosa para la credibilidad de la organización FECODE. Finalmente se destapan sus verdaderas intenciones y claro objetivo político. No es una organización sindical del sector educación. Es una organización política con brazos delincuenciales que motivaron a miles de bisoños e inocentes jóvenes a luchar por sus evidentes fines.

La confesión de FECODE

Las polémicas declaraciones deben ser aprovechadas por los organismos de control del estado para sancionar disciplinariamente y penalmente a los integrantes de FECODE, responsabilizarlos por las incalculables pérdidas del aparato productivo nacional y proceder rigorosamente en anular su falsa personería jurídica de educadores.

Si quieren cambio, organícense como partido político, como lo han hecho docenas de movimientos amparados en la constitución del 91. No deben seguir disfrazados, ni camuflados como redentores pacíficos refugiados en los bríos e inocencia juvenil del estudiantado nacional.

En hora buena, como malos perdedores, se confiesan los malhechores del paro nacional.

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