Cali, bastión de la izquierda

Por Guillermo E. U… |
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Por Guillermo E. Ulloa Tenorio

Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.


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Basta con recordar la historia reciente de la ciudad para comprender los cambios estructurales poblacionales

El 27 de octubre el país renovará alcaldías y gobernaciones, mediante la elección popular de gobernantes, mecanismo introducido en la constitución del año 1991. Antes de dicha reforma, los gobernadores eran designados por el Presidente de la Republica y los alcaldes por las respectivas gobernaciones.

Basta con recordar la historia reciente de la ciudad para comprender los cambios estructurales poblacionales y el fortalecimiento de algunas ideologías políticas que han regido la ciudad.

En 1970, la población de la ciudad, era inferior a un millón de habitantes. En cuarenta años se incrementó exponencialmente llegando hoy a casi tres millones de personas, crecimiento atribuido al desplazamiento.

En diciembre de 1979 un devastador terremoto de 7.9 grados en la escala de Richter azotó el puerto nariñense de Tumaco. El subsiguiente oleaje o tsunami arrasó con media docena de poblaciones costeras y cientos de vidas. Cali empezó a recibir un éxodo sin precedentes, no solamente de Tumaco, sino de todos los departamentos vecinos azotados por la violencia. Las zonas del distrito de riego de Aguablanca y las laderas de la ciudad empezaron a florecer como refugios al masivo desplazamiento.

Por esa época, en el vecino municipio de Yumbo y algunas poblaciones del departamento del Cauca se fortalecía el movimiento guerrillero del M-19, amparando sus cabecillas principales. Carlos Pizarro, Antonio Navarro, Rosemberg Pabón, Iván Marino Ospina, entre otros, con fuertes lazos vallecaucanos, encontraron en la población desplazada un semillero para sus células urbanas, pero mas importante, el descontento del estado en atender sus necesidades básicas, situación propicia para enganchar y propagar su ideología socialista.

Los nexos del grupo guerrillero con el narcotráfico fueron fundamentales en el episodio de la toma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985. El secuestro de Álvaro Gómez Hurtado en 1988 fue otro de interminable lista de audaces golpes y preámbulo para que el gobierno del Presidente Belisario Betancur y Virgilio Barco iniciará los diálogos de reinsertar a la población civil a sus integrantes, lo cual finalmente se dio en 1990.

Una de las condiciones presentadas por el M-19 era la creación de una Asamblea Nacional Constituyente, para reformar la centenaria constitución. Un grupo estudiantil presentó la introducción de la Séptima Papeleta en las elecciones de marzo de 1990, convocando la Constituyente. Fue el trampolín político para que el actual Procurador General, Fernando Carrillo, fuera designado por el Presidente Gaviria, primero como Consejero Presidencial y después como Ministro de Justicia.

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Solo basta leer entre líneas la columna y entender la importancia del tinglado que se esta tejiendo

El recién incorporado grupo guerrillero, actuando como partido Alianza Democrática M-19, con Gustavo Petro como su cofundador, logró 19 escaños, el 27% de su conformación. Fue generadora de la dirigencia del partido socialista, de la cual surgieron dirigentes como Angelino Garzón, Rosemberg Pabón, Antonio Navarro y el mismo Petro.  

Jorge Iván Ospina, fuerte candidato a la alcaldía, es hijo de Iván Marino Ospina quien fuera segundo al mando del M-19, abatido en Agosto de 1985. Con su hermano Mauricio han entrado al juego de las fami-empresas políticas y el delfinazgo propio de la idiosincrasia nacional.

En las ultimas encuestas, los candidatos de ideologías de centro, en Bogotá, Medellín y Barranquilla están liderando la intención de voto. Solo queda Cali, refugiado en Ospina, fortalecer el movimiento izquierdista para impulsar a Gustavo Petro como candidato a la Presidencia en el 2022.

Solo basta leer entre líneas la columna y entender la importancia del tinglado que se esta tejiendo.

No es una propuesta de ciudad, es una estrategia encaminada a conquistar la Presidencia.

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