El desbalance de pagos de Colombia

Por Ana Lucia Aran… |
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Ana Lucia Arango M

Economista


El déficit de la cuenta corriente es uno de los principales indicadores económicos que refleja la salud financiera de un país. En el caso de Colombia, este ha sido un tema de preocupación en los últimos años. La cuenta corriente es una parte fundamental de la balanza de pagos de un país y registra todas las transacciones económicas entre la nación y el resto del mundo en un período determinado. Estas transacciones incluyen exportaciones e importaciones de bienes y servicios, transferencias de capital y pagos de intereses y dividendos.

El gasto para enfrentar la pandemia  produjo un desbalance en la cuenta corriente el cual llegó al 6.2% del PIB en 2022, (6,1% del PIB en 4T22), el cual ascendió a $21.446 millones de dólares, el más alto desde 2015 y uno de los más altos entre países emergentes.

Durante todo el 2022, se demostró una moderación en las exportaciones e importaciones de bienes como consecuencia de un alivio en el encarecimiento de las materias primas y una ralentización de la actividad económica. La fuerte depreciación del peso colombiano frente al dólar experimentada durante el último trimestre del año amplió en 0.6 puntos porcentuales el déficit en cuenta corriente del 4T22 y en 0.1 puntos porcentuales el déficit consolidado de 2022. La IED (Inversión Extranjera Directa) exhibió un aumento de 81.7% en 2022 y, con ello, financió el 79% del déficit en cuenta corriente. El 32,4% de la IED fue para servicios financieros y empresariales y un 25,6% para minería y petróleo.

La proyección para 2023 es un déficit en cuenta corriente del 4.5% del PIB

El economista Eduardo Sarmiento, argumentó que “el país se ha acostumbrado a vivir endeudado y dependiendo del crédito externo: “Antes de la pandemia vivíamos en un mundo donde había países con ahorro sobrante. En la medida en que los tipos de interés han aumentado, los créditos se encarecen, y el déficit ha llegado a cifras históricas. Cada vez va a ser más difícil para Colombia buscar recursos en los mercados internacionales para cubrir nuestras deudas. Además, porque los países industrializados también tienen sus propios problemas, como la quiebra de entidades financieras, y atraviesan tiempos de poco crecimiento”.

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El economista Andrés Giraldo, de la Universidad Javeriana, señaló   que la situación nos recuerda que Colombia es un “deudor neto del mundo”. Un hecho que, agrega, no es necesariamente negativo: “el problema es cómo financiar el déficit”. Por eso señala los riesgos de frenar la inversión extranjera en el sector minero energético, que representa, más o menos, el 33% de la inversión extranjera directa. El país tendría que ajustar el gasto o diversificar la canasta exportadora hacia sectores como el turismo. Un reto que desde diversos informes de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido etiquetado de mayúsculo debido a diversas falencias de infraestructura.

Varias razones han contribuido al déficit de la cuenta corriente en Colombia. Una de las principales causas es la dependencia de las importaciones de bienes de consumo y de capital. A medida que la economía colombiana ha crecido y se ha modernizado, la demanda interna de productos ha aumentado, y esto ha llevado a un incremento en las importaciones, consolidando una negativa balanza cambiaria; para el 2022, la balanza comercial del país, en términos anuales —desde enero del 2022 hasta diciembre del 2022—, fue de USD -14.331 millones FOB.

Además, los precios del petróleo, que es uno de los principales productos de exportación de Colombia, han sido volátiles en los últimos años. Las fluctuaciones en los precios del petróleo han afectado negativamente los ingresos por exportaciones y han contribuido al déficit de la cuenta corriente.

Para abordar el déficit de la cuenta corriente, es necesario tomar medidas tanto a corto como a largo plazo. En el corto plazo, el gobierno puede implementar políticas para fomentar las exportaciones, como incentivos fiscales y comerciales, así como promover la diversificación de la canasta exportadora. Además, se puede trabajar en el fortalecimiento de la industria nacional para reducir la dependencia de las importaciones y fomentar la producción local. Esto puede requerir inversiones en infraestructura, educación y desarrollo tecnológico.

Colombia debe planificar en el largo plazo, mejorando la competitividad y productividad

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