El deterioro institucional de Colombia

Por Carlos Cuervo |
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Carlos Armando Cuervo Jiménez

Emprendedor y empresario con formación en Ingeniería Industrial


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Por estos días una prestigiosa empresa de encuestas entrevistó a los principales líderes de opinión del país

Con dolor de patria escribo esta semana sobre la paulatina deslegitimación de nuestro estado a manos de un grupo de personas quienes me temo han olvidado su verdadera responsabilidad y compromiso social.

Estos señalamientos al menos ameritan un poco de contrición de sus errores por parte de los señalados.

Por estos días una prestigiosa empresa de encuestas entrevistó a los principales líderes de opinión del país y el resultado no podía ser más inverosímil. Los peor calificados en su orden de abajo hacia arriba son:

  1. Congreso de la Republica
  2. Fiscalía General de la Nación
  3. Presidencia dela República.

¿Será que la señora Jennifer Arias, el señor Juan Diego Gómez, el señor Iván Duque y el señor Francisco Barbosa al fin se dan por aludidos, dejan de tapar el sol con un dedo e intentan mejorar la imagen de sus dependencias, haciendo la labor como les corresponde actuar y acorde con las investiduras que representan y además no permitan que se erosionen con mayor arraigo las instituciones que dirigen las cuales representan las tres ramas del poder público?

Al otro lado de estas calificaciones las instituciones mejor apreciadas son la Justicia Especial para la Paz, JEP y las Cortes Suprema de Justica y Constitucional, a ellas debemos añadir el banco de la República.

Observando en compendio y comparando con lo que uno escucha en la calle estamos bordeando un abismo de profundidad indefinida y como sin percatarnos.

Por estos mismos dias fui visitado en mi hogar por un equipo de funcionarios del DANE con el objetivo de contestar una gran encuesta de hogares y medir los efectos económicos y en salud pública causados por la pandemia.

Con una gran desconfianza asumí la tarea de dar respuestas al funcionario estatal y le explique que ni reticencia se debía a que el manejo de datos es un asunto de sumo cuidado y responsabilidad y que no creía que en Colombia se les diese un manejo adecuado a ellos.

Y que si era necesario haría una objeción de conciencia para evitar dar respuesta a todos los ítems.  

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Para mi sorpresa el encuestador asintió y además agregó que era el primero entre 15 casas que aceptaba a dar trámite a la encuesta.

Para mi sorpresa el encuestador asintió y además agregó que era el primero entre 15 casas que aceptaba a dar trámite a la encuesta.

Después y por la actitud conciliadora que ambos asumimos, empezó a relatarme como toda la gente que aceptaba asumir la encuesta evadía respuestas o entregaba datos que a simple mirada era falsos; como un caballero en ciudad Jardín, propietario de un apartamento, el cual anunciaba que sus ingresos eran equivalentes a un salario mínimo, rubro que no alcanzaba ni para pagar la cuota de administración del condominio en donde se ubicaba este inmueble.

Ante estas respuestas discordantes y al inquirir a los encuestados sobre estas respuestas obviamente falsas, las personas respondían que ante el desgobierno actual era imposible entregar datos verdaderos porque nuestras instituciones no eran serias y menos bajo la administración del señor Duque.

Al cruzar la percepción de los líderes de opinión con la de los encuestadores del DANE se hace evidente que las principales instituciones de Colombia carecen de credibilidad y amenazan con ocasionar momentos de desgobierno y caos en general.

Sin querer lanzar juicios apocalípticos ¿habrá alguien en el país que pueda con un poco de sensatez hacer reaccionar al gobierno?

Parece ser que no por ahora, así que tocará asumir que amanecerá y veremos…

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