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Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.
La segunda semana de noviembre, el banquero Jaime Gilinski, a través de una filial panameña y el respaldo financiero del Royal Group de Abu Dahbi, realizó la oferta publica de acciones (OPA) mas ambiciosa en la historia bursátil colombiana. Anunció la intención de comprar la mayoría, entre el 51% y el 62% de las acciones de la antioqueña multilatina Nutresa, actualmente de propiedad del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), transacción superior a $ 8 billones, beneficiando a sus accionistas, adicionalmente, con una prima de compra adicional de un 38% del valor de la acción.
La intención de compra ha sido calificada con el termino “hostil”, lo cual indica que no existió reunión previa entre los interesados adquirientes y las directivas de la empresa objeto de ser comprada.
Nutresa, en sus cien años de historia corporativa, ha venido adquiriendo empresas productoras de alimentos y extenso portafolio de marcas operados a través de ocho unidades de negocios; cárnicos, galletería, chocolates, Tresmontes Luchetti, cafés, alimentos al consumidor, helados y pastas. Genera 46 mil empleos, tiene presencia industrial en 14 países, a través de 47 plantas de producción y es la mas grande empresa de alimentos colombiana.
Jaime Gilinski Bacal, se ha destacado por ser inversionista inquieto y, por encima de todo, excesivamente discreto. Caleño de nacimiento, hijo de Isaac, quien con su hermano Lazar, fundaron un grupo empresarial industrial con Bon Bril, Atila, posteriormente productos alimenticios Yupi y Rimax, la empresa de plásticos modulares y muebles mas importante del país, generando oportunidades comerciales y empleo formal en Cali y el Valle del Cauca.
Curiosamente, a Jaime, ante una sociedad hipócrita donde alabar y ensalzar es sustancial, poco reconocimiento se le hace, como caleño y vallecaucano. Las luchas parroquiales por el efímero poder no son parte de su personalidad. Contrariamente, considerado internacionalmente uno de los hombres mas ricos de Colombia, su visión empresarial es global y futurista. No en vano es precursor del primer banco digital en Colombia, Lulo Bank.
Hace dos años sorprendió con la compra del grupo editorial Semana, transformándolo de un fortín político mediático hacia una empresa editorial, de alto contenido digital, cambiando el arcaico esquema de suscripción física a virtual, con crecimiento de base de lecturabilidad exponencial, llegando aproximadamente a un 50% digital, e incremento de 11,2 a 29,1 millones de usuarios en el primer año de cambio.
Las compras y adquisidores de Gilinski, no son caprichosas, ni egocéntricas. No esta cobrando venganza por haber sido marginado, hace treinta años, por el mismo grupo empresarial antioqueño, en su intento de quedarse con Bancolombia. Lo importante, demostrado en su vida profesional, es su sagacidad, creatividad y espíritu innovador en negocios que sufren de estancamiento y enquistamiento corporativo.
Pero quizás la lección mas importante es la fe, esperanza y confianza que este caleño profesa por su natal Colombia, cuando miles de coterráneos, pronostican vientos desastrosos y penumbras adversas.
Ojalá sirva de ejemplo para que los empresarios, quienes, a su vez, son propietarios de medios informativos nacionales impriman, a través de ellos, confianza, positivismo y fustiguen aquellos comunicadores que, como búhos y cuervos, aves de mal agüero, distorsionan las incalculables oportunidades colombianas, enlodando la sana costumbre trabajadora, emprendedora y honesta del pueblo, abriendo espacios a desadaptados lideres populistas que pretenden menoscabar el fundamento histórico de nuestra sociedad.
