Rusia en el nuevo orden mundial

Por Jean Nicolás Mejía H |
558
* Jean Nicolás Mejía H.
 

Es verdad que por muchos años la política exterior rusa tuvo como objetivo intervenir  en la creación de un sistema multipolar que impida la hegemonía de Estados Unidos, especialmente en occidente. Pero las dinámicas actuales hacen que el papel que juega el país norteamericano en el contexto internacional,  sea una de las menores preocupaciones para Putín. 

El sistema internacional contemporáneo es un feroz escenario en donde son muchos los actores que han logrado  cierta autonomía y hegemonía a nivel regional e internacional como consecuencia de la anarquía e incertidumbre con la que se manejan las relaciones internacionales.

Rusia en el nuevo orden mundial

La (des)organización del sistema internacional, producto del mundo polarizado entre Estados Unidos y la extinta Unión Soviética en el siglo XIX, hizo que dependiendo del bando o de su situación geográfica, estos actores se beneficiaran de una potencia o de otra, consolidando gobiernos democráticos, estabilidad económica y social y por ende desarrollo, o regímenes autosustentables pero políticamente cuestionables. 

Esto por un lado, es un claro reflejo de las intenciones diplomáticas y en materia de política exterior que se han manejado entre ambas potencias. Estados Unidos de manera directa luchó contra el comunismo soviético y la expansión de modelos socialistas o no democráticos, mientras que Rusia nutría revoluciones en diferentes partes del mundo y rivalizaba en estas zonas de conflicto a diferentes niveles con el país norteamericano.

 Las relaciones rusas con los países de América latina, medio oriente, África  y Asia durante los últimos 30 años siempre fueron motivo de discusión de la agenda exterior norteamericana de alguna manera. Rusia mientras tanto procuraba un crecimiento interno y la apuesta por volver a ser un actor relevante en las relaciones internacionales, implantando un modelo hegemónico en el territorio de sus vecinos, fortaleciendo sus fuerzas militares y ejerciendo coerción indirecta en sus vecinos regionales, mediante trabajos comerciales condicionantes (caso de Europa y el gas ruso) 

Sin embargo, la contemporaneidad del sistema, dista mucho de aquella realidad. Los intereses rusos ahora velan por una estrategia mucho más global pues entienden que la influencia ya no solo es política ni diplomática, sino económica y de intereses comerciales en común. A su vez, la organización del sistema ha promovido la convergencia de grupos influyentes como los llamados grupos G, u organizaciones de cooperación regionales e internacionales, lo que hace que el liderazgo global sea más difícil de gestionar, por lo que Rusia poco a poco ha abogado por una paulatina integración cooperativa ( ciertamente más tardía en comparación con otras potencias, como EEUU y China), pero que ha llegado a puntos de inflexión interesantes: Rusia tiene interés por pertenecer a la OTAN.

Un ejemplo claro de los intereses rusos, es la vista hacia actores que tradicionalmente no interfieren en sus asuntos directos (como si lo hacía Estados Unidos), como China. El desarrollo económico del gigante asiático y la influencia comercial que está consolidando es motivo de preocupación para el mundo que concibe Putín, en donde el sistema debe estar gobernado por algunas potencias hegemónicas y ejerciendo el monopolio de la fuerza (con medios militares).

Según Kadri Liik, investigadora principal del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, esta visión de Rusia hace que su interpretación del sistema internacional diste mucho de la occidental, generando un error conceptual en la lectura de Rusia en el escenario internacional. 

Los occidentales tienden a interpretar a Rusia como una potencia cuya agenda se cierne a socavar la expansión "occidental" y ejercer hegemonía directa  en sus regiones de interés mediante usos militares indiscriminados, pero la realidad es que la política exterior rusa busca entender el sistema internacional actual,  lograr un punto de equilibrio entre el desarrollo del modelo político de occidente y poder lograr  sus intereses, aquellos que tradicionalmente ha buscado: control territorial y marítimo de la región circundante a sus fronteras. 

Por supuesto que política y diplomáticamente Rusia juega un papel agresivo, egoísta y unilateral, pero son las   condiciones impuestas por el propio sistema internacional.

* Profesional Ciencias políticas - Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. 28 años,  Máster en cooperación internacional y organizaciones internacionales de la Universitat de Barcelona

Búsqueda personalizada

Caliescribe edición especial