Menos es mejor

Por Benjamin Barne… |
312

Por Benjamín Barney Caldas 

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle. Ha sido docente en Univalle y la San Buenaventura y la Javeriana de Cali, y continua siéndolo en el Taller Internacional de Cartagena, de los Andes, y en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en Caliescribe.com desde 2011.


En un articulo de ArchDaily, uno de sus colaboradores, Finn MacLeod, habla de 19 celebridades que dejaron la arquitectura para seguir otras trayectorias profesionales (http://www.archdaily.mx/mx/author/finn-macleod) ¿Cómo hacer para que aquí al menos la mitad de los estudiantes de arquitectura los imiten? La realidad es que a la mayoría no les interesa lo que estudian, o simplemente no les interesa el estudio ni ser celebridades, y lo peor son los que quieren ser arquitectos célebres no arquitectos de verdad; son los que han degradado este milenario oficio devenido ahora en profesión.

Arquitectura interior
Arquitectura interior

Está claro que se necesitan menos arquitectos y que sean los mejores, y esto se podría lograr si para poder ejercer se les exigiera al menos unos años de experiencia trabajando en oficinas reconocidas de arquitectura, como en EE. UU., y no apenas una maestría como se exige actualmente en la Unión Europea. El hecho es que la arquitectura además de teoría, precisa, como en todo oficio, de una indispensable practica continua, tal como en las llamadas desde la antigüedad artes vulgares (arquitectura, escultura, pintura) y después artes mecánicas, en contraposición a las artes liberales, según si tenían un origen intelectual o manual. Es decir, que la arquitectura vendría a ser un arte mecánico-liberal.

Y desde luego están los otros oficios derivados de la arquitectura, como el diseño de muebles y partes prefabricadas de los edificios, los que hay que reinventar casi todos para que los edificios vuelvan a ser sostenibles, y está la misma arquitectura de interiores. E igualmente otro tipo de diseños, desde el gráfico al industrial, en los que diseñar no es en sí mismo un hecho artístico, aunque puede valerse de los mismos procesos en pensamiento y los mismos medios de expresión, siendo en conclusión la búsqueda de una solución a un problema. Justamente lo que deja de lado la arquitectura espectáculo, la que se interesa apenas en llamar la atención y no en resolver bien una función.

Sostenibilidad
Sostenibilidad

Cambiar la manera de ejercer la profesión de la arquitectura es urgente debido al trastorno climático, el que demanda una arquitectura sostenible, que tenga en cuenta el impacto que va a tener el edificio durante todo su Ciclo de Vida, desde su construcción, pasando por su uso y finalmente qué sucederá con los restos del edificio si es que se tiene que demoler, lo que habría que evitar, y apenas readecuar, como parte de su sostenibilidad. Que considere además la huella ecológica de los recursos que se va a utilizar, los consumos de agua y energía y los residuos que generarán los usuarios. Y por supuesto evadiendo el nuevo espectáculo de mucha de la llamada engañosamente arquitectura verde, tan de moda ahora.

En conclusión, hay que insistir en que en Colombia las universidades ofrezcan mas programas de estudios relacionados con el diseño y la construcción, y que el estado reglamente el ejercicio de la profesión con mas rigor, tal como lo hace con los médicos, ingenieros o abogados, considerando que la mala práctica de la arquitectura no sólo afecta a los individuos que la usan, sino que, en tanto conforman el espacio urbano público, afectan a todos los ciudadanos. El hecho es que aquí se usan las palabras arquitecto y arquitectura para cuanta cosa hay –desde asesinos hasta computadores- menos para hablar de la arquitectura en si misma, que es como Bruno Zevi titulo en latín su libro de 1964, Architectura in nuce.

Búsqueda personalizada

Caliescribe edición especial