Entrevista a Rubén Darío Valencia

Por Alex Sterling |
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*Alex Sterling 

El día de hoy contamos con la visita de un hombre con un panorama amplio de la ciudad y la región, producto de su riguroso oficio periodístico durante las 4 últimas décadas: el periodista e investigador social Rubén Darío Valencia, profesional de Univalle. Entrevista: Ramiro Varela M, director de Caliescribe.

Has sido exitoso como periodista, primero en El Caleño, luego en radio Súper, El País y, finalmente, en ese milagro periodístico llamado Q’hubo...

El periodista debe ser menos importante que la noticia y que los personajes, algo que no hay en ese periodismo de posturas que analizaremos más adelante. Yo nací como periodista en el año de 1981, en El Caleño, durante unos 6 o 7 años. Ahí pulí mis artes para titular, algo esencial para el periodismo popular. Luego pasé a Radio Súper, en su mejor momento.

Entrevista a Rubén Darío Valencia

Ahí notamos una inclinación al periodismo popular...

Así es, el periodismo que sale a las calles, que logra conectar con la gente. El periodismo de verdad tiene que ser popular. Yo no creo en el periodismo de élite. No creo que Julio Sánchez Cristo pueda ser popular. Hay que andar las calles, saber qué se come, y quién se monta en los buses.

Esa es una facilidad que yo tengo y que me permitió hacer ese link con el periodismo. El periodismo popular es grande, los periódicos populares no son aburridos, son serios. No inventamos historias..

Usted en su vida periodística hace una historia en Cali muy linda, al punto de manejar el mercado social en Cali... Su mayor logro en el Diario El Caleño.

El primer logro fue para los lectores, algo invisible: saber contar historias. Una de esas fue ese niño que desapareció, porque su padre lo mató y lo enterró en un lugar inhóspito... logré identificarlo, encontrarlo y esa familia pudo vivir en paz.

¿Usted tuvo que ir al Cauca?

Claro. Lo encontré porque el hermanito me dijo que el papá había dejado el cuerpo al lado del Río Cauca... y vi un gran hormiguero , vi que no era natural y pude entender que allí había otra cosa. Pude llamar a la Policía y encontramos el cadáver.

Serían miles los ejemplos que podrías darme así en el diario El Caleño, pero, ¿usted podría titular cómo fue socialmente esa experiencia? ¿Qué tema dominaba El Caleño en Cali?

Entrevista a Rubén Darío Valencia

Los periódicos populares se manejan muy bien en tres escenarios.

  1. Lo judicial.
  2. Farándula
  3. Deportes.

Las llamadas tres S: Sexo, sudor y sangre. Q’Hubo apostó a meterle a demás lo social. Los personajes. Logramos quitarle la morbosidad natural para empezar a contar historias. Siempre decía: no hay temas vedados, hay malas puestas en escena. Puede hablar del pene del Asprilla, lo malo son las fotos, los titulares y las palabras que escoges. Si logro esa historia y contarla bien contada... todos los temas caben.

Yo le tengo el título para El Caleño: Un rey que nadie reconoció. Rey en audiencias, era el más leído del país. Nadie se lo iba a reconocer. El Caleño no pasaba eso.

Y en radio Súper usted también fue protagónico...

En este momento quiero hacer un reconocimiento a Henry Holguín, uno de mis maestros. Porque me descubrió en El Caleño y cuando se fue a trabajar a radio Súper también me llevó y me ayudó a construirme como periodista con unos cambios que fueron mejorando mi esencia comunicacional. También acompañé un proceso político electoral en 1988, la primera elección popular de alcaldes de Cali, muy reñida.

Los periodistas modernos son aquellos que conocen procesos. No puedes escribir más de lo que lees ni hablar más de lo que escuchas. Tenemos que saber lo que está adentro para poder explicarlo. Ya no es la simple y sencilla ecuanimidad, tenemos que hacer parte del proceso. También juega un papel primordial en la construcción de la noticia.

Hablemos de Radio Súper...

Lo más importante que hicimos en Súper fue conectar a una ciudad que estaba cansada, una urbe gigantesca que identificamos en sus dolores. A una comunidad que por fin sintió que se hablaba por ellos.

Hoy Cali necesita eso...

Así es, Ramiro, usted como líder social reconoció que se estaba necesitando esas voces. Veníamos de un pasado glorioso, porque aquí se han hecho cosas... que hay necesidades nuevas y distintas, de acuerdo.

Entrevista a Rubén Darío Valencia

El triunfo social de Radio Súper cómo se celebró, ese reconocimiento en el año de 1988...

Yo recorrí la ciudad. Fue un momento grande, los que estaban eligiendo no eran los mismos de siempre. Gente desconocida. Que no eran de la estirpe del Club Colombia. Fue un triunfo del pueblo, sentimos que estaban representados el pueblo, las calles y lomas, el distrito de aguablanca...

Fue un momento feliz. Los resultados finales no se compararon con ese triunfo popular que se tuvo.

Para mi era un sueño llegar al diario El País. Yo le decía a Larrahondo que quería entrar. Me propusieron que fuera por un reemplazo por vacaciones.

En 1991...

Le dije que sí. Acepté. Fui el editor del área metropolitana, con mi columna: Cali, Chipichape y Yumbo, donde hacía un grafiti diario. Luego de 7 años me mandan a hacer deportes.

El doctor Rodrigo Lloreda fue el director: hombre grande, sus consejos de redacción eran una charla fantástica, un hombre que conocía al dedillo la región, que sabía por dónde deberían ir los puentes. Además era un delicioso exponente de la cultura general. 

Nunca en mis 33 años en El País, un director me censuró. 

Por la calidad del trabajo...

El director (Rodrigo Ll) me llamó una vez para probar mis conocimientos del impuesto predial. Menos mal que estaba preparado. Entonces me dijo: siga diciendo lo que tenga que decir, de Villegas y el alcalde me encargo yo.

¿Qué habilidades te llevaron a destacarte en ese medio?

Mi calidad para escribir, además me volví investigador. Mi agudeza, mi talento y mi disciplina de lectura. Los periodistas no leen ni investigan.

Soy sociólogo de Univalle. Como periodista me formé. El problema de hoy es que la gente no lee. Los periodistas no investigan. Culpa de las mismas universidades que te ponen a leer pedazos y no leen textos completos.

Hablemos de tu paso por Q’Hubo y papel en su fundación...

Una oportunidad hermosa, a pesar del miedo que tenía acepté. Tenía todos los argumentos. Había sido editor de varias secciones. La empresa me dice si soy capaz de montar un periódico popular. Yo estaba estable y corría un riesgo de que el proyecto fracasara en un mes. Me mandó la empresa a Panamá, Ecuador y Perú. En Panamá me senté e hice el brief. La monté, la presenté y a la junta directiva le encantó. Me montaron un pequeño equipo de periodistas y el 21 de agosto del 2005 conocimos la luz y la gloria de la calle. y digo gloria porque hasta la fecha de su cierre el diario fue rey en la calle, esta vez reconocido.

El papel que jugó Q’Hubo en Cali fue clave. Logrando horizontalizar la ciudad. Había un enorme vacío. La gente popular lo compraba para los clasificados. No hablaban de la gente y sus problemas. La gente no hablaba. Ahora tenemos 250.000 caleños retratados, una cifra que no tiene ningún otro medio.

¿A quién admiras profesionalmente a nivel mundial?

A quién he seguido y admiro es al maestro Kundera, quien acaba de morir. Nos enseñó la simplicidad de la vida, vida a través del reconocimiento del otro.

¿Dónde lo empezaste a leer?

En la Univalle. Y lo pude conocer personalmente. Acaba de morir a los 94 años. Pude sentarme con él y me dio algunas claves para mi oficio. Me puso como tarea leer a varios teóricos. Los periodistas son como una tormenta que despeluca a la gente, cambia las cosas y se va, a veces sin saber qué deja atrás.

Admiro a Yamid Amat. Es un periodista grande que nos enseñó que este es un oficio de 24 horas. Que estamos a 5 minutos de que pase cualquier cosa, que lo importante es el hecho y la noticia, no el periodista.

*Comunicador social de Univalle y escritor

 

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