Esfuerzo histórico por salvar a la Tierra y a la humanidad

Por Jean Nicolás Mejía H |
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Jean Nicolás Mejía H

Profesional Ciencias políticas - Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. 28 años,  Máster en cooperación internacional y organizaciones internacionales de la Universitat de Barcelona


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Esta reunión es histórica, y puede marcar un hito en las relaciones internacionales, puesto que es la antesala y la preparación a un gran foro que se está llevando a cabo desde esta semana en Glasgow

En un esfuerzo por detener el colapso de los ecosistemas naturales y la destrucción de la biodiversidad en la Tierra -que rápidamente está llevando al planeta a una crisis sin retorno- varios funcionarios medioambientales, diplomáticos y expertos en el tema se empezaron a reunir en línea la semana pasada para la decimoquinta conferencia de biodiversidad de las Naciones Unidas.

Esta reunión es histórica, y puede marcar un hito en las relaciones internacionales, puesto que es la antesala y la preparación a un gran foro que se está llevando a cabo desde esta semana en Glasgow, y que pretende albergar a 20 mil líderes políticos, periodistas, celebridades y activistas para enfocarse en un tema en concreto: el rápido colapso de las especies  y los ecosistemas que conjuntamente sostienen la vida en la Tierra.

Marca un hito en las relaciones internacionales porque la destrucción de la biodiversidad y el calentamiento global -dos fenómenos estrechamente relacionados- siempre han tenido un protagonismo secundario en el escenario político internacional, a pesar de que organizaciones internacionales han promovido acuerdos a escala global y que Naciones Unidas desarrolle conversatorios sobre el tema.

La destrucción de la biodiversidad ya no es un fenómeno secundario en la arena política internacional porque este fenómeno de progresiva destrucción pone en juego básicamente la vida en la Tierra, y la supervivencia de la especie humana. Y esta destrucción se da por varios factores, entre ellos el cambio climático, pero el principal es la destrucción de los hábitats terrestres por parte del ser humano para actividades como la agricultura la minería y la tala indiscriminada, la destrucción de los hábitats marinos con la sobrepesca y la contaminación, y los efectos colaterales a escala natural de las actividades humanas en el planeta, como la introducción de especies no autóctonas en un territorio tanto de fauna y flora, ocasionando desequilibrios en los ecosistemas.

Todo esto ha traído consecuencias devastadoras a escala global irreversibles. “La abundancia promedio de especies autóctonas en la mayoría de los principales biomas terrestres ha disminuido al menos un 20 por ciento -sobre todo desde 1900- y que alrededor de un millón de especies están en peligro de extinción actualmente”, según un informe publicado por el panel de Larigauderie, la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas.

La realización de este foro de Glasgow ya tiene inclusive un borrador de trabajo para empezar las acciones concretas que el sistema hace tiempo debió tomar, pero el gran temor de aquellos actores que entienden la verdadera gravedad de la situación, es la generalidad de los objetivos planteados en ese borrador; “Garantizar que las especies silvestres se cazan y pescan de forma sostenible y segura”, define uno de ellos.

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Hace falta la elaboración de objetivos más concretos para poder canalizar apropiadamente ese verdadero interés y flujo de recursos que empiezan a aparecer desde diversos sectores

El problema de la caza y la pesca “sostenible” es ampliamente discutido y abordado a nivel global: mientras las industrias económicas y financieras moneticen los recursos naturales, no existirá realmente “la pesca o caza sostenible”, y esta es una de las prácticas más nocivas en el ecosistema más importante - y delicado- que garantiza la supervivencia de la vida en la Tierra: el ecosistema marino.

Hace falta la elaboración de objetivos más concretos para poder canalizar apropiadamente ese verdadero interés y flujo de recursos que empiezan a aparecer desde diversos sectores, para atender la crisis que ya es una realidad. En septiembre nueve grupos filantrópicos donaron cerca de 5000 millones de dólares a una iniciativa que pretende conservar la mitad del planeta para la naturaleza, conocido como 30x30.

Esta grandísima donación va en la vía de la realización de este masivo evento en el país escocés, pues es un tema que ha empezado a tomar relevancia política y empresarial y que ha cogido fuerza en diferentes lugares en el mundo el último año. Las producciones audiovisuales comerciales e independientes también han optado hace un tiempo en enfocar su narrativa a evidenciar estas problemáticas climáticas y medioambientales, captando la atención general de la población que tiene acceso a este contenido por diferentes medios, como las plataformas audiovisuales ( Netflix, HBO, Amazon Prime, etc).

Más allá de la evidente falta de organización administrativa y política para que esas inversiones hechas recientemente de verdad tengan un destino y uso apropiado y no sean objeto de la corrupción,  el interés de todos los grandes sectores a nivel internacional empieza a ser intenso y constante, y ese es el primer paso importante.

 

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