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Nicolás Ramos G
Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP
Cuando el Presidente Gustavo Petro habla de fijar por la Presidencia las tarifas eléctricas, demuestra su total desconocimiento de cómo funciona este sistema en el país. La generación eléctrica proviene de varias fuentes: hidráulica, térmica de carbón o gas, eólica y solar, estas dos últimas en aumento. Pero la generación ocurre en distintas regiones y a diversas horas y ella alimenta la red que interconecta todo el país, con excepción de unas pocas regiones que todavía no están interconectadas. En otras palabras, cuando escribo esta nota puedo estar recibiendo la energía eléctrica de la Central de Chivor en la vertiente de la Cordillera Oriental que va hacia los Llanos y de las turbinas eólicas de la Guajira.
Pero el consumo no es constante a lo largo del día pues la demanda alta es en las primeras horas de la mañana y la máxima entre las 6 y 10 de la noche, lo cual obliga a que la generación, de mayoría hidráulica, se deba programar con varios meses de anticipación de acuerdo con la fluctuación de la demanda y el comportamiento del clima, que a su vez regula el llenado o vaciado de los embalses y el comportamiento de las plantas sin embalse llamadas de “filo de agua”. Los cambios del clima hacen necesario el uso del componente térmico, especialmente en verano, como complemento del hidráulico. La generación solar y la eólica, que no se pueden regular, van directamente a la red para economizar las otras generaciones de energía.
El centro de control de la interconexión nacional se encuentra en Medellín y cada región o ciudad tiene a su vez un centro del control que atiende sus zonas y controla los diversos voltajes con que se efectúa la distribución: 200.000, 33.000 y 13.000 voltios y la que llega a los hogares a 220/110 voltios.
Lo anterior originó que las distribuidoras regionales o locales, de acuerdo con sus estimativos de demanda, compren la energía que necesitan para un periodo de tiempo en la bolsa, que reúne a todas las generadoras. Como los costos varían de acuerdo con el tipo de generación, es necesario promediarlos para obtener el costo final del kilovatio/hora.
Un costo adicional para los distribuidores locales, además de las pérdidas normales en la transformación y distribución, es el robo, que en algunas zonas es alto, especialmente en los barrios de invasión además del fraude en muchos medidores. En algunas ciudades hay tarifas diferenciales de acuerdo con el estrato socio-económico de los consumidores. A los costos anteriores se agrega el del alumbrado público que se incluye en la tarifa local.
Seguramente algunas cosas se pueden revisar del sistema, pero hacer demagogia con las tarifas es lograr en el largo plazo costosos apagones. La demanda crece del orden del 4% anual y por lo tanto es indispensable construir las plantas para atender la generación futura, que sin la garantía de unas tarifas que cubran los costos, nadie arriesga capital y las actuales empresas tampoco podrán hacerlo cuando operen a pérdida. Ya se debería estar iniciando la construcción de la hidroeléctrica, hay varias estudiadas, que entre en servicio cuando se cope la generación de Hidrohituango.
Como vemos, es un tema técnico de alta complejidad que no resiste tanta demagogia irresponsable e improvisaciones sin estudios serios como los cambios que se proponen. Fijar tarifas a la loca, por populismo, es garantizar próximos apagones que serían más costosos para el país que lo supuestamente ganado con la reducción de las tarifas.
