Políticas macroeconómicas en crisis

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


Con la afirmación de que los efectos de la desaceleración ya pasaron y entramos en una nueva etapa de crecimiento y desarrollo de la economía que hará que el país crezca a un ritmo del 3% para el año 2018, el ministro de Hacienda pretende hacernos creer que la situación del país ha cambiado, lo que por supuesto no deja de ser más que una ilusión que nada tiene que ver con la realidad económica del país en momentos en que la política macroeconómica del gobierno no parece garantizar un mejoramiento de la economía en general.

Para el ministro existen varios sectores de la economía como el cafetero, petrolero, ganadero, de obras civiles, de intermediación financiera, turismo, que debieran aprovechar las circunstancias para superar las dificultades generadas por la desaceleración que según se dice ha empezado a debilitarse al tiempo que se mantienen los problemas en otras áreas de la economía como la industria de la construcción de viviendas, las textileras, las confecciones, etc., que por lo demás no reciben el apoyo suficiente del gobierno nacional.

Con todo y lo expuesto por el gobierno a través de su ministro de Hacienda, los hechos resultan ser más elocuentes que los pronósticos oficiales que en medio de la coyuntura electoral buscan “dorar la píldora” para mejorar la imagen y los resultados de una política económica que no ofrece mayores garantías de recuperación en el corto plazo y lo que es peor un ascenso en el escalafón de los países que mantienen un crecimiento relativamente aceptable y sostenible.

Si bien es cierto que la economía del país se afectó con la reducción de sus ingresos provenientes de la baja de los precios de los comodities, la revaluación del dólar, el incremento del déficit comercial, el alza de la tasa de interés, etc., todo ello tiene lugar en medio de la anarquía de la producción y la lucha competitiva por el acceso a nuevos mercados, en tanto que el objeto de la actividad económica consiste no solo en producir bienes y servicios sino en poderlos realizar mediante el intercambio comercial en el mercado interno y externo.

Ahora bien, mientras el sector público de la economía sufre el embate de las condiciones del mercado, al sector financiero le va bien y al resto de la economía en general, le va mal, lo cual hace que dicho sector en cabeza de los grandes bancos se haya convertido en un monopolio del mercado del crédito que maneja los fondos de pensiones, en salud y el ahorro de los colombianos, al tiempo que se convierte en copropietario de grandes empresas industriales, comerciales, de transporte, de turismo, medios de comunicación, minero energéticas, etc., concentrando en sus manos una gran riqueza social que le permite acumular un gran poder económico que se refleja en las políticas del Estado.

Debemos decir que los esfuerzos del gobierno del presidente Santos encaminados a estimular la demanda de bienes y servicios no ha recibido una respuesta positiva de parte de los consumidores que se han endeudado sistemáticamente generando preocupación en el sector financiero a todo lo cual habrá que sumarle la pérdida de capacidad de compra de las clases y sectores sociales pertenecientes a la denominada clase media, cuyos ingresos tienden a disminuir como consecuencia de la desindustrialización del país, la falta de oportunidades de trabajo y otros factores que afectan la vida económica del país.

Aunque el gobierno espera un mejoramiento en el desempeño de la economía, diversos sectores sociales consideran que sus programas de política macroeconómica sobre generación de ingresos, austeridad en el gasto público y de impulso de las inversiones a largo plazo muy poco servirán para acentuar el ritmo de crecimiento y desarrollo de la economía nacional, lo que hará que el país no salga en el corto plazo del proceso de desaceleración económica que genera más dependencia de las economías de otros países y de la influencia determinante del capital financiero nacional y transnacional en la vida económica y política del país. 


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