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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
El análisis del proceso electoral se limita en general a establecer la votación que obtuvo cada uno de los partidos y movimientos políticos que participaron en la contienda electoral, lo cual no permite examinar a profundidad otros aspectos relacionados con las tendencias y particularidades del acontecer político y de la eficiencia del propio sistema electoral que atraviesa por una profunda crisis institucional matizada por el clientelismo político, la corrupción y la violencia que impiden a los propios ciudadanos participar en la elección de sus representantes y gobernantes, lo cual termina imprimiéndole un carácter inestable a la democracia, determinada en última instancia por las condiciones y circunstancias económicas, políticas y sociales de la sociedad.
Y de ahí que se mantenga la tendencia a la abstención que en este caso de la elección de los miembros del congreso fue del 55.4% del potencial electoral de 38 millones de ciudadanos en el censo electoral. A dicha realidad se suma la circunstancia no menos importante de una cantidad de votos en blanco, votos nulos y tarjetones no marcados cercanos a los 2 millones de votos con los cuales la composición del congreso variaría.
Varias son las razones que tienen los ciudadanos para no participar en los comicios electorales entre las cuales sobresale la inoperancia del Congreso en aprobar las leyes y reformas constitucionales y que en términos generales tienden a privilegiar los intereses de determinados grupos o clases sociales que a su vez financian las campañas electorales como viene sucediendo en la actualidad, cuando no es que se aprueban leyes que restringen el ejercicio de los derechos y las libertades de los trabajadores y ciudadanos en general.
La participación de los ciudadanos en el debate electoral resulta impensable desde el punto de vista práctico en la medida en que las campañas electorales son cada vez mas costosas, en tanto, los partidos y movimientos políticos dejan de existir al no alcanzar el umbral establecido en la Constitución, lo que trae consigo que muchas organizaciones políticas desaparezcan en medio de la competencia política, como ha sucedido en este caso con el partido Salvación Nacional y el Nuevo Liberalismo, a los cuales les cancelarán la personería jurídica.
En tanto, los partidos políticos se convirtieron en una especie de asociaciones electorales sin ideología ni estrategias definidas lo cual no permiten atraer la atención de los ciudadanos que a su vez no ven garantizados sus derechos políticos, al tiempo que las decisiones adoptadas al interior de los mismos hacen caso omiso de las formas y métodos democráticos.
Ahora bien, un hecho sobresaliente de la elección del nuevo congreso lo constituye sin lugar a dudas la numerosa participación de la coalición del Pacto Histórico tanto en la Cámara como en el Senado, lo que sin embargo le impone la necesidad de establecer alianzas con otros sectores políticos para sacar adelante sus iniciativas legislativas, al igual que su aspiración a ganar la presidencia en la primera vuelta.
Algunos medios de comunicación han sobrevalorado el hecho de que la abstención haya disminuido porcentualmente, lo cual no afecta sustancialmente dicha tendencia que de alguna manera le quita legitimidad a la denominada democracia liberal que se aplica en nuestro país.
Por otra parte, está claro que las fuerzas políticas que participaron en la contienda electoral no representan más que una mayoría electoral producto de la competencia política que está lejos de constituirse en la expresión y la voluntad soberana del pueblo colombiano. Circunstancia esta que hace que la democracia exista de hecho solo para los representantes de las clases dominantes y de sus partidos que comparten la ideología del populismo y del reformismo, que tan solo tiene por objeto maquillar el sistema capitalista sin poner en riesgo su estructura económica y social y políticamente apaciguar los ánimos de los ciudadanos apartándolos de la lucha por sus derechos y libertades.
ADENDA: De acuerdo con los resultados arrojados con base en el recuento de los votos depositados el pasado 13 de marzo para la elección del nuevo congreso y de las consultas de los candidatos a la presidencia de la república, se puso de manifiesto la forma improvisada e irresponsable de la Registraduría al disponer de un grupo de jurados incompetentes para realizar el conteo de los votos emitidos, así como de la posibilidad de fraguar un monumental fraude electoral que pone en duda la legitimidad del proceso de cara a las próximas elecciones presidenciales, en cuanto a las garantías reales y concretas en favor de los electores en medio de la polarización política y social que hoy vive el país.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social
