Las Cortinas de Humo de Petro

Por Guillermo E. U… |
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Por Guillermo E. Ulloa Tenorio

Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.


Con su acostumbrada elocuencia, el presidente Petro lanzó recientemente tres absurdas propuestas de difícil implementación. Mediante ellas buscó distraer y disipar la realidad nacional. Las investigaciones de dudosos aportes a la campaña presidencial, el ventilador prendido por su hijo Nicolas e intensificación de violentos e inhumanos episodios de ataques a la fuerza pública, cobrando inocentes vidas de policías, en el territorio nacional son las realidades que desnudan su mandato.

Los aportes con los cuales se financian campañas electorales tienen vigilancia especial del Consejo Nacional Electoral. Pese a controles ejercidos, con el paso del tiempo, las pesquisas de otros órganos de control, especialmente la Fiscalía General, destapan irregularidades. Los aportes de la brasilera Odebrecht nuevamente sacuden las campañas de Juan Manuel Santos y de Oscar Iván Zuluaga. 

Pero en el caso de las declaraciones de Nicolas Petro, su exesposa y las mediáticas de Benedetti, se presume que en la campaña pueden haber existido presuntos dudosos aportes de grupos al margen de la ley. También se vislumbra que la campaña excedió los topes fijados. Esta situación salpica al actual presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, quien fue el gerente de campaña. La gravedad del asunto desestabiliza la credibilidad y legitimidad de la contienda electoral presidencial Petro-Márquez.

Los continuos hostigamientos delincuenciales, atribuibles a disidencias de las FARC y el ELN, contra la fuerza pública en Nariño, Cauca y Norte de Santander, no solamente ponen en jaque la propuesta de paz del gobierno sino que imprimen falta de autoridad del Ministro de Defensa, altos mandos militares e incoherencia del Alto Comisionado de Paz. Paralelamente se conoció el presunto complot de amenazas contra el Fiscal General, un General de la República y actual Senadora opositora. Espada de Damocles demostrando flagrancia y desacato constitucional.

Ante estos contundentes hechos Petro recurre a su acostumbrado embalconado, populista y desafiante discurso distractor.  

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El primer dardo lo lanza contra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. El tratado puede ser revisado en asuntos de trámite. Cualquier cambio en lo acordado, como la pretensión de prohibir la importación de maíz y cereales, deberá someterse a sendas aprobaciones de estamentos congresionales. Dicha gestión en el Congreso de Estados Unidos y posteriormente en Colombia, seguramente tardará mas allá del actual periodo presidencial.

El segundo dardo lo arroja contra la Federación Nacional de Cafeteros, en retaliación a no haber podido nombrar funcionario amigo, actuación sensata del ministro Ocampo, quien apoyó el nombramiento técnico de Germán Bahamón Jaramillo. Amenaza dar por terminado el Fondo Nacional del Café si no es reestructurada la entidad a su amaño. El fondo es una cuenta parafiscal que no recibe contribución alguna del estado. Los aportes se alimentan por cada libra de café exportada. Ha operado eficientemente desde 1928, decretado en 1940 bajo el manejo y administración a cargo de la Federación, mediante contratos de diez años prorrogables. Su eficaz manejo, en los casi cien años de operación, ha logrado mejorar las condiciones de las más de 500 mil familias cafeteras ubicadas en más de 600 municipios nacionales. Se olvida Petro al lanzar este dardo que el contrato se vence en 2026, fecha de debilidad estructural de su saliente gobierno.

Por ultimo ordenó la salida de gerentes de entidades descentralizadas y algunos viceministros, medida previa de reiterativa crisis ministerial, por baja ejecución presupuestal, debajo del 30% en el 70% del calendario anual. Con esta medida de irracionalidad administrativa es desatinado pretender mejorar la eficiencia de ejecución presupuestal cuando se reemplaza la gerencia intermedia por personal nuevo, quienes deben transitar por un periodo normal de aprendizaje, antes de poder ejecutar cualquier directriz.

Dardos lanzados al azar para ocultar la debilidad de un irracional gobierno. Convertidos en cortinas de humo para ocultar la realidad del acontecer.

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