Los colombianos queremos democracia, no anarquía

Por Nicolas Ramos Gómez |
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Nicolás Ramos G

Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP


Es de inmensa tristeza lo que vemos cada día en nuestra amada Patria. No solo el desgobierno sino ver como lentamente el Presidente le viene entregando el país a la delincuencia y nombrando a toda clase de antisociales, muchos con órdenes de captura por sus delitos, como altos funcionarios del Estado.

Cuando habla el Presidente queda la duda, si habla la ignorancia o es que deliberadamente quiere anarquizar el país o desinformarlo al anunciar que se inició la sustitución energética, cuando el crecimiento de la demanda es del 4% anual que podrá atender Hidrohituango hasta los próximos 3/4 años, pero ya se debe estar iniciando la construcción de plantas con una capacidad de generación igual o mayor. Atender esa demanda implica nuevos desarrollos, ojalá algunos hidráulicos que son los más armoniosos con el medio ambiente y que facilitan o regulan el suministro de agua para muchas regiones. Esa supuesta sustitución será parecida en su desarrollo al Aeropuerto Turístico de la Guagira, lo verán, si acaso, nuestros tátara tátara nietos.

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Ahora es el Gabinete quien no funciona, pero como puede funcionar un barco o una empresa sin capitán, brújula, rumbo o carta de marear. Es el espectáculo de los enojados gobernadores pidiéndole al Ministro del Interior que renuncie o al Ministro de Defensa lo mismo por su total incapacidad para comandar las fuerzas militares o por decir algo más que babosadas al mencionar que es imprudencia salir a las calles o que las fuerzas militares no anden por las carreteras que son cuidadas por los bandidos. Realmente lo que se ve es el actual desgobierno o será que existen objetivos no revelados, algo nunca pensado que ocurriría en nuestra patria. Es como dicen muchos de los carteles que circulan en las manifestaciones: Queremos un presidente, no un delincuente.

Realmente los colombianos no podemos seguir tolerando que unos delincuentes, que nombran delincuentes para los cargos del Estado, continúen gobernando o desgobernando a nuestra Patria. Es un deber patriótico no tolerarlo más y lograr que el mico se baje del pesebre antes de que lo destruya completamente.

Los colombianos queremos democracia, no anarquía o el imperio de la delincuencia como vienen ocurriendo y empobreciendo más el país cuando se incrementa la población y disminuye el empleo. Es bueno recordar a los abuelos cuando decían “tanto va el cántaro al agua, hasta que por fin se rompe”.  

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