El gran hermano o la revolución del 5g

Por Carlos Cuervo |
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Carlos Cuervo

Emprendedor y empresario con formación en Ingeniería Industrial. Desde 1984 hasta 1988 Ingeniero de sonido para el Instituto Colombiano de Ballet y la Orquesta Sinfónica del Valle, Pionero del canal de Telepacífico entre 1988 a 1992 a través de una programadora regional en donde se desempeñó como socio y director comercial. Fundador y propietario desde 1993 hasta el 2009 del restaurante y Café-bar Caffetto. Escritor y editor del blog pulso de Opinión desde mayo del 2010, y desde mayo de 2011, parte del equipo de blogs del diario Occidente de Cali. A partir de junio de 2014 colaborador de la página editorial del Diario occidente hasta el 2018. Secretario de la JAC San Antonio desde 2016 hasta enero del 2019, community manager para Antigua Contemporánea entre 2017 al 2018, asesor en procesos de consultoría de ciencias de datos para Blaucast Media desde 2018.


“Big brother is watching you”

“Quien controla el presente, controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro” 1984 George Orwell

La disputa comercial entre Estados Unidos y China tiene de fondo una intrincada trama, el manejo y los riesgos de seguridad para occidente por el uso del 5G, desarrollo tecnológico cuya patente es China.

El temor radica en que el 5G almacena demasiados datos privados para funcionar, tentando al dueño de la patente a quedarse con toda esta información obtenida a través de los vehículos autónomos, la sistematización y mecanización de los hogares, la atención médica automatizada con patrones de riesgo genético, el control a través de inteligencia artificial del tráfico en las grandes ciudades y de todos los otros servicios prioritarios energía, comunicaciones en general, la prevención de desastres climáticos o geológicos, etc. 

El 5G es una nueva forma de comunicarnos con una velocidad que supera considerablemente al 4G pasando de 100 megas/segundo a 10 Gigas/segundo. Esta elevada capacidad de transmisión de datos permite manejar la tecnología del reconocimiento facial y corporal en tiempo real para identificar personas con antecedentes, pero se puede ir más lejos, los chinos han construido minuciosas cartillas de actuación humana irregular archivando comportamientos ante las mentiras, las conductas extremistas, el miedo, las mañas al caminar, y los conocidos contactos de las manos con las orejas, nariz o el parpadeo descontrolado, que no escapan al veloz análisis de una inteligencia artificial y se pueden incorporar al sistema de vigilancia policial de cualquier urbe.

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En los datos que se acumulan individualmente de cada persona creando perfiles exactos sobre salud, comportamientos, gustos, debilidades, ideología

Además con el 5G se monitorean al instante las redes de semáforos, se evalúan las congestiones en zonas precisas, y se toman decisiones inmediatas re-programando intersecciones sin la intervención y el sesgo humano.

Casas automatizadas que controlan todos los electrodomésticos, puertas, luces y clima interno. Autos autónomos.

Chequeos y exámenes médicos desde su Smartphone usando el historial clínico y el patrón genético de enfermedades hereditarias. Compras en supermercados y despacho hasta la casa y muchas otras experiencias que harían cómoda la vida urbana.

Entonces ¿en dónde está el problema?

En los datos que se acumulan individualmente de cada persona creando perfiles exactos sobre salud, comportamientos, gustos, debilidades, ideología, relaciones filiales, toda nuestra vida volcada a las librerías de datos del 5G, y si el estado se torna tiránico ¿qué pasaría con el control y uso de esta información confidencial?

Ya en China país totalitario, se da uso sin escrúpulos a este desarrollo, al punto que se le ha dado beneficios educativos y económicos a los ciudadanos que cumplan un estricto código de comportamiento en la web y en la vida real. En este reglamento se premia a quienes eviten los videos juegos, el porno y los comportamientos políticos disidentes entre otros.

El gobierno chino promueve su versión de ciudadanos ejemplares, bajo una tabla de valores maniqueos.  Pero si al estado (Gran Hermano) no le gustan los escritores, los poetas, los floristas, los gay, los negros, los musulmanes o cualquiera que se encuentre en minoría y sin protección, entones ¿Qué pasará?

¿Distopía? O es una realidad futura en donde el estado a través de una Inteligencia Artificial creará programas conductistas que promoverán un comportamiento calculado y establecido y quien no obedezca será marginado.

“El gran hermano es la creación con la que el partido se presentó al mundo. Su función es actuar como punto de mira para todo”

¿Profética frase de Orwell?

¿Hasta dónde llegará la Inteligencia Artificial a controlar nuestra vida por medio de la intromisión en la privacidad a través del 5G, justificada en una supuesta tranquilidad y seguridad orquestada por las máquinas?

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